Romper el encierro para romper las ventanas de los explotadores: ventanas rotas de dos agencias inmobiliarias y una óptica, en la noche del 7 al 8 de abril [2020], en Bouguenais.

En la noche entre el 24 y el 25 de abril, quemamos 11 vehículos de servicio de Toulouse Métropole Habitat [el cuerpo de viviendas públicas para la aglomeración urbana de Toulouse].

«El efecto túnel es una reacción natural, vinculada al estrés y debido al enfoque de la mirada en un punto específico, como si se mirara a través de un teleobjetivo». En la noche entre el 8 y el 9 de mayo [2020], la palabra «¿Macronavirus, cuándo terminó?»

En los últimos días, en Toulouse, una leve epidemia de pssssiiiiiit ha contaminado algunos neumáticos. Este mundo nos repugna. Ya era horrible antes y es evidente que empeora. Las empresas e instituciones que lo hacen funcionar y se benefician de él están en todas partes.

En la noche entre el 4 y el 5 de mayo [2020], las ventanas del banco Crédit Agricol en la avenue des Minimes estaban rotas o llenas de disparos, mientras que una inscripción indicaba: «macronavirus, crisis, STOP?».

En pocas palabras: este nuevo nivel de control nos ha enojado y nos ha dado ganas de actuar. No hacer nada para nuestros ojos equivale a aceptarlo. Como de costumbre, si el control funciona tan bien, también es porque los ciudadanos mansamente lo aceptan, bien instalados en su burbuja virtual.

Otro primero de mayo, otra torre de telefonía móvil se incendió. Un pequeño acto en las primeras horas, pero una escalada más allá de la norma. Nunca queremos volver a la «normalidad». No sabemos la diferencia entre 4G y 5G. Todo lo que sabemos es que no queremos nada de eso.

Por un primero de mayo autónomo y descentralizado, incendiamos una camioneta de Amazon en el condado de Los Ángeles. No podíamos quedarnos de brazos cruzados y ver cómo la expansión de COVID-19 convierte los centros de detención de ICE en campos de exterminio con las todas reglas.