En medio de la covid-19, los estados que invocan el estado de emergencia, legalizan el encierro, la vigilancia y el control, intensifican su campaña represiva contra quienes se resisten a ellos. Con el pretexto de la propagación del virus, comienza a prohibir reuniones y manifestaciones, repartir multas, ataques violentos, encarcelamientos y detenciones de personas y grupos que resisten. Su objetivo es el debilitamiento psicológico de los que resisten, en el mismo momento en que el Estado esta en una profunda crisis intenta asegurar su dominio.