GRECIA: LLAMADO A LA SOLIDARIDAD CON LA INSURRECCIÓN EN CHILE – DESDE EL 30/10 HASTA EL 1/11

Desde el 19 de octubre, el estado chileno ha sido invadido por miles de personas insurrectas que han ocupado las calles y plazas del país. Las manifestaciones masivas, originalmente debido al aumento de los precios de los boletos para el transporte público, se convirtieron en una insurrección generalizada que arrasa con todo a su paso.

Los primeros actos de desobediencia social con llamados a entradas masivas a la fuerza y sabotaje hacia el transporte público, con miles de estudiantes de secundaria y universitarios rompiendo las puertas protectoras y entrando en las líneas de metro, enfrentando rápidamente a la represión estatal.

Las imágenes que vemos de Chile nos recuerdan el paisaje metropolitano de Atenas insurrecto, cuando los enfrentamientos con la policía, la expropiación y el saqueo de grandes almacenes, el vandalismo de los objetivos estatales y capitalistas, y la pasión por la lucha que inundó nuestras propias carreteras era una realidad, que chocó con lo que nos impuso el capitalismo.

En este momento, lxs insurrectxs de Chile enfrentan, en sus calles, todo el «rango» de la represión estatal, porque a excepción de los rifles y gases lacrimógenos de la policía, el viernes por la noche, el presidente Piñera decidió imponer un estado de emergencia a la ciudad de Santiago, enviando tanques a sus calles e imponiendo un toque de queda nocturno. Es la primera vez después de la caída de la dictadura de Pinochet en Chile que el ejército está tomando las calles para reprimir a lxs manifestantes, mientras que, al momento de escribir esto, hay 7,000 arrestados y al menos 18 muertos (algunas fuentes afirman más), 4 disparadxs por la policía, lxs otrxs atropelladxs por vehículos militares.

Una de las consignas centrales escuchadas en las calles de Chile es que «la insurrección en Chile no es por los 30 pesos, sino por los 30 años». De esta manera, se muestra que la ocasión para la insurrección puede haber sido el aumento en los precios de los boletos, pero las causas y razones están en el sistema en sí, cuyas raíces más profundas no han cambiado después de la caída de la dictadura de Pinochet.

Chile, en los años de la dictadura, fue además de uno de los estados más represivos del planeta cuando se trata de las «libertades» de las clases urbanas, un estado experimental en el que se impusieron las políticas económicas neoliberales más extremas. Todo se privatizó (alcanzando su punto máximo en el seguro), se impusieron duras medidas de estabilidad financiera con el modelo del FMI, lo que condujo a una distribución violenta de los ingresos que favorece a las clases ricas y dominantes, la intensificación de las disparidades de clase, la limitación del gasto público, el aumento del desempleo, etc. Todo esto sucedió con la querida cooperación del grupo de economistas tecnocráticos (la llamada escuela de Chicago), quienes, aprovechando el puño de hierro de la dictadura, intentaron imponer el paraíso capitalista absoluto en Chile, de acuerdo con el lema que:

“El único marco aceptable para el desarrollo económico es aquel en el que el sector privado puede operar libremente. La corporación privada es ahora la única forma efectiva de organización económica y, por lo tanto, el sector privado debería ser el factor predominante en la economía. La fluctuación de precios debe formarse libremente y de acuerdo con las reglas de competitividad del mercado».

Nuestra referencia a los años de la dictadura de Pinochet no es al azar. Si alguien quisiera investigar las causas detrás de la insurrección chilena, podrían ver la realidad en la que viven lxs pobres y lxs excluidxs. A pesar del movimiento hacia una democracia «liberal» y las supuestas libertades que permite, el núcleo de la política económica adoptada por Pinochet que se ha mantenido sin cambios, mientras que es de conocimiento común que el gobierno de Piñera tiene una relación directa con la de Pinochet.

Las áreas básicas de la economía están todas en manos privadas; el seguro de Pinochet (el mismo que el gobierno de la Nueva Democracia quiere adoptar en Grecia), que impone a cada trabajador que dé el 10% de su salario a 6 monopolios de seguros que todavía están vigente; El 54% de la población vive con 440 euros al mes, en promedio, 1/6 de los cuales se ven obligadxs a dar para el transporte hacia y desde sus lugares de esclavitud salarial. Todo esto, mientras que todxs muestran a Chile como uno de los países más ricos de América Latina, con una inflación del 2% y un «desarrollo» que pronto alcanzará el 2.5% del PIB. Otro ejemplo de los índices de desarrollo de los estados que no son más que los índices de ganancias de capital, fuera de toda relación con las vidas de quienes están debajo de ellxs, constantemente subestimadxs por los controles de la dictadura económica actual.

Durante la insurrección, decenas de autobuses urbanos y trenes de metro han sucumbido a las llamas, mientras que los bienes comerciales están siendo expropiados desde las ventanas y estantes de los grandes almacenes. Las corporaciones multinacionales y sus instalaciones se están quemando, lxs trabajadores de los sectores más grandes de la economía están en huelga y salen a la calle.

Es en estos momentos donde lxs individuxs eligen dejar de lado las preguntas de la propaganda de la clase dominante, preguntando cómo irán a trabajar al día siguiente, cuántos puestos se perderán debido al sabotaje, cuántos impuestos pagarán al gobierno por la destrucción, por la sencilla razón de que deciden estar en un punto de no retorno, deciden volverse contra la red de la metrópoli capitalista, reconociendo que es un portador de la opresión, deciden eliminar, a través de la praxis, sus roles dentro del sistema, para convertirse en el fuego de la insurrección.

“La metrópoli es una institución totalitaria. Más bien, es la institución totalitaria por excelencia. Porque constituye un espacio de realización del reinado total y real del capital, el campo de la mayor diferenciación de los métodos sociales de represión y el control de sus contradicciones divergentes. Opresión y mediación por los procesos constrictivos por un lado, control y represión explosivo por el otro”. (Del folleto Drops of Sun en la Ciudad de los Espectros)

Excepto por las causas que mencionamos, no podemos olvidar el fuerte movimiento anarquista en Chile. Los grupos anarquistas, las okupaciones, las organizaciones guerrilleras urbanas, decenas de presxs políticxs en celdas y la interconexión con las luchas por la tierra y la libertad (especialmente con la de lxs mapuche), y otrxs, crearon un terreno fértil a partir del cual la lucha se convirtió en realidad, una protesta individual sobre un aumento en los precios de las entradas a una insurrección generalizada contra el opresivo régimen de Piñera, así como los valores capitalistas podridos en general. En breve, los eventos insurreccionales actuales no ocurrieron repentinamente, sino que se basan en decenas de momentos de revuelta en el pasado. Sobre los enfrentamientos generalizados contra las medidas educativas de Piñera en el 2011. Sobre los frecuentes enfrentamientos de anarquistas y jóvenes contra las fuerzas de seguridad fuera de las universidades. Sobre las decenas de ataques de grupos de acción directa. Sobre la expropiación armada de templos de capital por parte de compañerxs anarquistas. Sobre las huelgas de hambre de lxs prisionerxs dignxs en los agujeros infernales de las cárceles chilenas.

Sobre la lucha de lxs mapuche por la tierra y la libertad, contra el estado y las multinacionales que asolan sus tierras. Sobre las manifestaciones militantes en todos los años pasados. Por lo tanto, la organización, los enfrentamientos, la infraestructura, pero lo más importante, la militancia y la decisión, no solo mantienen «la llama encendida», sino que también crean un terreno fértil para los grandes eventos insurreccionales que todxs deseamos formar parte.

Creemos que es nuestro deber como anarquistas apoyar, a través de nuestras acciones, las luchas de lxs oprimidxs en todo el planeta; especialmente en un país como Chile, donde existe un movimiento anarquista fuerte y militante (en contraste con el enfoque de promover puntos de vista «alternativos» y centrarse en negociar «derechos» de las clases dominantes, algo que desafortunadamente domina al movimiento en otros países), y convertir en praxis el llamado a la solidaridad entre lxs que luchan contra los estados, la autoridad y el capitalismo. Conectemos el hilo que une al insurrecto Chile con las magníficas manifestaciones en el Líbano por la libertad. El hilo que une a las chaquetas amarillas (así como a otros movimientos en Francia) con las manifestaciones generalizadas en Ecuador contra las nuevas medidas financieras del FMI. El hilo que conecta la agitación social contra los escándalos económicos en Haití con la sangrienta y fatal insurrección en Irak. El hilo que une las luchas contra la guerra, el militarismo y el fascismo con los pueblos que derramaron su sangre bajo las máquinas de guerra de las naciones. Porque no podemos ni debemos olvidar que uno de los mayores peligros para la insurrección es la no internacionalización de la resistencia y el paso de la insurrección a la memoria. No lo permitamos.

La «Asamblea de Solidaridad con la Insurrección en Chile», que se formó después del llamado a la organización de acciones solidarias, convoca a todos los grupos, individuxs, el mundo de la lucha, a Tres Días de Solidaridad en Grecia (del miércoles 30/10 hasta el viernes 1/11) relacionado con los eventos que se están llevando a cabo en Chile, para enviar un mensaje de solidaridad internacional y organizar nuestras respuestas contra las nuevas circunstancias que están tomando forma.

Cerramos este llamado con las palabras de nuestros propios compañerxs, quienes, en este momento, están luchando en las trincheras y ofreciéndonos maravillosos momentos de duda contra el monopolio estatal de la violencia.

“Mañana amanece un nuevo día de la lucha de clases.
¡Tomemos todo!

1. Ocupa escuelas y universidades y conviértelas en espacios de almacenamiento de suministros, espacios de resistencia y protección.

2. Ocupa farmacias y estaciones de servicio, para nuestras acciones y para el equipamiento del hogar.

3. Continúe saqueando grandes supermercados, obtenga productos de mercados libres y proteja las pequeñas tiendas del vecindario.

4. Este es un llamado a la población migrante, para que no se sientan alienadxs de la lucha. Todxs vivimos las injusticias de este sistema. Todxs somos proletarixs.

5. Finalmente, cuídense unxs a otrxs, organicen defensa propia y no tengan empatía por lxs protectores de lxs ricxs y sus órdenes.

¡Lxs bastardxs son los que condenan la violencia proletaria!
¡Vámonos de por vida!

Jueves, 31/10: Manifestación y reunión de solidaridad microfónica en Propylaia, 18:00

Viernes 1/11: Manifestación frente a la Embajada de Chile a las 18:00 – Pre-manición a las 17:30 en el metro Evangelismos, salida Rizari (el parque)

Asamblea de Solidaridad con la Insurrección en Chile


FUENTE: 325
TRADUCCIÓN: ANARQUÍA