LAS REBELIONES DE LA MISERIA
«Todos los sistemas de control se basan en el binomio castigo-premio. Cuando los castigos son desproporcionados a los premios y cuando a los patrones ya
«Todos los sistemas de control se basan en el binomio castigo-premio. Cuando los castigos son desproporcionados a los premios y cuando a los patrones ya
APROXIMACIONES A LA SITUACIÓN EN BOLIVIA DESDE LA PERSPECTIVA INSURRECCIONAL ANÁRQUICA1 Mucho se ha escrito en estos días sobre la «renuncia» de Evo Morales, ex
–Gabriel Pombo Da Silva, Dinos Giagtzoglou, Alfredo Cospito, Anna Beniamino, Nicola Gai, Marco Bisesti, Christos Rodopoulos, Lisa Dorfer, Michael Kimble, Eric King, Monica Caballero, Francisco
—A Gabriel Pombo Da Silva, Dinos Giagtzoglou, Alfredo Cospito, Anna Beniamino, Nicola Gai, Marco Bisesti, Christos Rodopoulos, Lisa Dorfer, Michael Kimble, Eric King, Mónica Caballero,
El informalismo anárquico está en boca de todos. Algunos afirman que es una cuestión de “moda”; otros –mucho más malintencionados y apegados a los lineamientos del Partido
Jack Halberstam, un conocido teórico queer, comprometido con el «proyecto antisocial» y, activo militante contrasexual, da inicio a su libro El arte queer del fracaso, con un exergo irreverente y divertido, tomado del capítulo 20 de la primera temporada de Bob Esponja, que invita a la reflexión:
Tal vez, haciendo gala del más rancio academicismo, su gran acervo cultural y su ilustrada noción lingüística, los firmantes de tamaña declaración pública, recurren al vocablo “Imbecillis” con la intención de «llamar las cosas por su nombre»,
El carácter multidimensional de la «crisis» actual nos recalca que la «emergencia sanitaria» originada por la Covid-19 es solo una de sus diversas facetas. Vivimos una «crisis sitémica» –como rezan los «expertos»– donde la pandemia es el rostro
No hay nada más placentero que corroborar la presencia de afines en otras latitudes; particularmente en el territorio dominado por el Estado español, donde el eco de aquél mea culpa de “los gatitos de Sutullena”
No tenemos la menor duda de que a lo largo de nuestra historia, al accidentado camino de la Anarquía se le han presentado incontables bifurcaciones. Por lo general, éstas han sido transitadas como atajos, es decir, acortamientos para llegar al fin anhelado
Cuando se escriba la Historia –así con mayúsculas, esa que siempre han escrito y escribirán los vencedores– sobre la insurrección generalizada en Chile a finales de la primera década del siglo XXI, habrá que leerla con meticulosidad extrema, ya que en ella quedarán plasmadas las supuestas motivaciones de la “crisis” que produjo la revuelta.
A un mes y seis días de iniciada la insurrección, la Anarquía continúa viva en la región chilena. Es un acontecimiento sin precedentes en Chile y en América Latina. Ha sido el kayros de la Anarquía: el momento emancipador que acontece en el tiempo y el lugar pertinentes, la audaz encarnación de una pronunciada negación del Estado y de toda autoridad.
El mal-estar es el nuevo punto de partida de las impetuosas protestas populares que recorren la geografía global. Hong Kong, Francia, Argelia, Irak, Haití, Líbano, Cataluña, Ecuador, Bolivia y Chile, son los fastuosos protagonistas de la ola de revueltas urbanas multitudinarias que estremece al mundo.
«…esos socialistas […] no pudiendo decir que nosotros traficamos con los principios o explotamos a nuestros compañeros, fingen tenernos lástima y dan a entender que somos ilusos o estamos locos; cuando subimos las gradas del cadalso y vamos por cientos a las prisiones, enmudecen por el despecho […]
En fechas recientes ha cobrado nuevos bríos un viejo y engorroso debate –pero, no por ello carente de importancia– al interior de los círculos anarquistas de praxis que han venido recuperando, a lo largo de los últimos cuarenta años, el aliento insurreccional de la Anarquía. En este sentido, es innegable el protagonismo de los blogs de contra-información anarquistai y, de las nuevas publicaciones internacionales, comprometidas con la renovación de la propuesta anárquica de signo insurreccional.