Hoy volvemos a cruzar con Angry desde el compañerismo, la hermandad y la amistad, haciéndonos cómplices en la memoria, levantando una memoria anti-autoritaria y combativa, recordando a Angry como un compañero de lucha, un amigo y un hermano, cuatro años después de su muerte bajo las balas de un mercenario del capital en medio de un intento de expropiación bancaria.
Reivindicamos una memoria que pone en peligro los planes del poder y alimenta nuestras convicciones de lucha por la liberación total.
Cruzar los pasos con Angry en el transitar anárquico nos permite proyectar su vida hasta el presente, dialogando y tensando sus vivencias y reflexiones con las nuestras, conectando su individualidad con el colectivo, vagando juntxs en el camino común donde las ideas entre afines se materializan en proyectos concretos de agitación anárquica y acción liberadora.
Angry algúnxs lo conocíamos en vida, otros hemos hecho a través de sus escritos, de sus acciones y de las iniciativas de memoria que surgieron en su entorno.
Hoy, a cinco años de su última acción de combate, activamos conjuntamente la memoria para que el compañero no sea olvidado. Recordamos a Angry en sus múltiples dimensiones personales y políticas, reconociendo en él la expresión creativa de las ideas a través del diseño, la música, la escritura, la tensión por la consecuencia entre palabra y acción, y la lucha multiforme en una constante práctica de agitación y acción de confrontación.
Todo esto nos acerca a su vida desde diversos flujos de afinidad y compañerismo en un cotidiano de lucha contra el poder, proyectando en nuestra lucha la vigencia de las ideas del Angry, poniendo en contacto las experiencias y aprendizajes del pasado con los del presente para dejar claro que con la muerte de un compañero la lucha no muere, que la anarquía siguió y sigue viva en nuestras acciones y proyectos actuales.
La nuestra es una memoria iconoclasta que destruye la figura de lxs personaje heroicxs o extraordinarixs. Es una memoria de la lucha multiforme que recuerda la vida del compañero con sus contradicciones, afirmaciones, tránsitos y múltiples decisiones de lucha, incluyendo aquellas que lo llevaron a lo largo de su vida a practicar la acción directa y usar un arma para expropiar el dinero de un templo del capital.
La nuestra es una memoria negadora y peligrosa, es una parte de la acción que busca destruir la autoridad, reforzando nuestra identidad individual / colectiva como negación del poder y de la sociedad en ofensiva contra toda forma de dominación.
Nuestra memoria es un acto que da sentido y si (re) afirma en un presente de lucha, manteniendo vigente una promesa de guerra con la que avivamos -como el Angry lo hizo – el fuego de las individualidades anárquicas que influyen en la realidad, abriendo camino hacia la Liberación Total en múltiples espacios, proyectos y acciones de lucha contra la autoridad.
FUENTE: A.N.A.
TRADUCCIÓN: INSTINTO SALVAJE