El domingo 19 de mayo, con amor y rabia dimos vida a la actividad “Memoria y Kontrakultura” conmemorando 10 años de la muerte en acción del Punki Mauri.
En esencia la Anarquía es anticarcelaria, por lo mismo generamos un espacio para difundir la movilización que está ocurriendo en las distintas cárceles del territorio contra la ley 321 que transforma la libertad condicional de un derecho a un beneficio penitenciario y además duplica el mínimo de tiempo en prisión necesario para poder optar a la condicional.
Como antiautoritarixs y anárquicxs nos negamos a la existencia de las prisiones, en cualquiera de sus formas. Aunque esta movilización no pretenda destruir la sociedad carcelaria en su conjunto, solidarizamos con quienes ponen en riesgo su vida y salud oponiéndose a la maquinaria de exterminio.
En el mismo sentido anticarcelario, mediante paneles informativos se difundió la situación de compañerxs encarceladxs, algunxs condenadxs y
otrxs a espera de juicio.
Con la intención de mantener vivo el desprecio a la carroña periodística y como esta festinó con la muerte de Mauri, se instalaron paneles con diferentes noticias y artículos elaborados por la prensa del Poder durante esos días de mayo.
Saludamos a lxs compañerxs que llevaron sus ferias de material antiautoritario, buscando expandir las ideas y prácticas anárquicas. Además a lxs compañerxs de la Radio Última Frecuencia que transmitió en directo la jornada. Valoramos cada gesto que hizo posible el desarrollo de la actividad.
A 10 años de la muerte en acción de Mauri, evidenciamos el recuerdo real y concreto del compañero en la calle, absolutamente lejano del inmovilismo y victimismo. La vitalidad de esta jornada de memoria fue posible gracias a los cruces generacionales que rompen las fronteras del tiempo.
Nuestra memoria es negra, nuestro corazón también.
Colectivo Sacco y Vanzetti
Mayo 2019.
Antes de dormir abrazamos el caos…
Se cumplen 10 años de la muerte de Mauricio Morales aquella madrugada del 22 de mayo de 2009, cuando se produce la detonación anticipada del artefacto explosivo que llevaba para atacar la escuela de gendarmería.
Nos golpeó la muerte esa noche, llenando de esquirlas muchos corazones. Un mar de caóticas emociones inundó a muchxs, podría haber reinado el silencio, aceptando lo que dictaba la norma del poder, todxs calladxs a resguardo, a la espera de lo que podía suceder… Pero pasó todo lo contrario, hubo ruido, gritos, enfrentamiento, con memoria y solidaridad, con las múltiples expresiones de la Anarquía. Muchxs compañerxs, incluso quienes nunca conocieron a Mauri, salieron a las calles a expandir su recuerdo, a propagar las vidas contra cualquier autoridad.
Las circunstancias adversas también enseñan a no decaer, a no sucumbir, a no dejarse derrotar, afirmándose en aquello que eleva el pulso de nuestros latidos: la insaciable búsqueda de la liberación total… Así aprendimos de tantxs antiguxs compañerxs.
Hubo muchos gestos de memoria tanto esos primeros días y meses en medio de la cacería policial, gestos que han seguido creciendo y multiplicándose con el paso de los años. Así el nombre de Mauri fue expandiéndose, viajando miles de kilómetros, hablando diferentes idiomas pero con un negro lenguaje común.
Mauri traspasó el entorno de quienes fueron sus cercanxs, sus valores e ideas volaron, derribando las fronteras del tiempo y la geografía. Hubo decisión y persistencia en que la llama de su vida no se apagara.
Sus escritos, cuentos y canciones han pasado de mano en mano, difundiendo sus ideas, construyendo una memoria de la que todxs somos parte activa, en donde todos los gestos aportan a mantener vivo ese fuego.
Son amplias las formas que adquiere la memoria para manifestarse y propagarse, todxs estamos llamadxs a buscar incansablemente como contribuir a esa propagación, de la forma que creamos más certera. No hay memoria oficial, sino múltiples gestos para seguir prokurando que viva la Anarquía.
La partida de Mauri se transformó en el punto de encuentro entre muchxs otrxs compañerxs. Un punto de encuentro para despegar hacia nuevos desafíos, ahí radica la vitalidad de la memoria, no es la fotografía estática de un momento de confrontación, es el presente que vamos construyendo, nutridxs tanto de las experiencias de otrxs compañerxs como de nuestros propios intereses y anhelos. Así vamos proyectando el camino.
Tras el paso de la muerte y la cacería policial, nos afirmamos en la orgullosa decisión de no retroceder, nutriendo la sonrisa con la certeza de que el poder no pudo imponer ni el silencio, ni la sumisión. No pudo detener la dimensión ofensiva de nuestra memoria negra, que combate la resignación y el miedo, solo funcionales a la autoridad. El Punki Mauri ha estado presente en la calle todo este tiempo, porque quienes lo recuerdan no están alejadxs de los senderos de lucha, no se levanta una memoria desde la vereda de la comodidad, sino desde el terreno mismo del combate a la dominación. No ha habido ni victimismo, ni inocencia en la memoria, ningún intento por blanquear su recuerdo. Murió como eligió vivir. No es un héroe o un mártir idealizado, es tan solo un compañero más, cuyas decisiones de vida fueron propagando el fuego en los corazones anárquicos. En estos años ha habido diversas jugadas represivas, muchxs compañerxs han sido apresadxs, algunxs han logrado salir de las jaulas, otrxs han recibido largas condenas. Algunxs compañerxs se han ido, se han cansado, otrxs van llegando y en su alegre rabia aportan nuevas energías.
Muchxs de quienes hoy recuerdan activamente a Mauri lo han ido conociendo tras su muerte, sintiéndolo cercano y compañero a través de lo que en vida fue forjando. Ha habido un traspaso generacional de la memoria, como una fibra negra que nos conecta y hermana. En la calle hoy sigue riendo en otras risas, con total vitalidad. Sus ideas aún son herramientas con las que resistir y atacar aquello que intenta someternos.
El kaos, la vuelta a la naturaleza salvaje, el ataque a toda forma de autoridad, la esencia anticarcelaria de la Anarquía, la liberación animal, la afinidad, la libre asociación, la horizontalidad, la negación al trabajo asalariado, a la industria farmacéutica, la pasión por el combate callejero, la solidaridad y el compañerismo fueron sus afiladas navajas, las mismas con las que aún hoy, con total vigencia, apuñalamos el poder, sus defensores y falsos crìticos.
A 10 años de su muerte, Mauri sigue entre nosotrxs, impregnándose en nuevxs cómplices. Sigue presente en el combate, generando el desprecio de la policía y la prensa, lo vemos en sus burdas campañas de exposición y desprestigio.
LOS AÑOS PASAN, PERO NUESTRXS MUERTXS EN
GUERRA NOS SIQUEN ACOMPAÑANADO.
NADA HA ACABADO, TODO CONTÍNUA
Colectivo Sacco y Vanzetti
Mayo 2019
“Ahí donde planeamos nuevos
proyectos de la subversión
y ataque, la memoria y el
presente se vuelven uno. Puede
ser que lxs compañerxs como
el Mauri no están cerca, pero sí
que están presentes.”
C.C.F