SANTIAGO, CHILE: PALABRAS DE NATALIA COLLADO “TATO” EN MEMORIA DE SEBASTIÁN OVERSLUIJ SEGUEL

Por mi parte no conocí al Angry, pero su muerte (que no me fue indiferente) lo trajo a mi lado a través de sus escritos, dibujos, canciones, o recuerdos de otras personas que lo hacían revivir con gran cariño, y que me permitía y permite ir más lejos de ese día 11 de diciembre para tomar un sentido más profundo a la memoria de un compañero y también de otrxs. Un sentido de reconocimiento de la persona misma, de un ser que dio el paso de desafiarse a sí mismo, y a esta sociedad y civilización de dominación a través de impulsarse a vivir otra vida que no fuera la establecida y pre-fabricada. Con los altos y bajos, contradicciones y aciertos que conllevan las decisiones y voluntades refractarias.

La memoria de la que yo hablo parte de un sentimiento de afinidad con el compañero y ciertas experiencias, prácticas, deseos, sentires e ideas que llenan nuestra vida de un sentido propio, orgullo e impulso para andar por un camino similar de lucha y confrontación, de deseos y creación.

Es así que los elementos políticos y personales (aunque de esto último no puedo explayarme muy bien) de su cotidianidad y persona toman importancia. Como su forma de alimentarse, su negación al consumo de ciertos productos y sustancias, su amor por la tierra, el tener en cuenta otras vidas que no fueran la humana, su desprecio al trabajo asalariado, su ilegalismo, y esa energía y chispa radiante que tenía, también cobran fuerza y hacen que su acción de expropiación y su actitud sea valorable. Por eso lamento sentir que alguien así ya no está entre nosotrxs. Porque además de impulsarse por acciones directas, expropiaciones e ilegalismo, era alguien que intentaba tomar y hacer su propia vida en rebeldía.

Por eso también nunca olvidaré quién fue y qué tipo de ciudadano (un guardia) es el maldito que mató al Angry.

¡Compañero Sebastián Oversluij presente!

Libertad a la compañera Tamara Sol que dio un paso en la venganza.

Un abrazo desde estas jaulas para cada afín.

Tato