Un tribunal ruso ha dictado duras sentencias contra siete activistas antifascistas y anarquistas en un controvertido caso de terrorismo doméstico empañado por las denuncias de que los investigadores torturaron a los acusados para obtener confesiones.
El tribunal de Penza, ciudad situada a unos 630 km al sureste de Moscú, condenó a los hombres a penas de entre 6 y 18 años de cárcel por haber formado supuestamente una organización llamada Set, que se traduce como la Red, que, según los fiscales, planeaba llevar a cabo futuros atentados dentro de Rusia para derrocar al gobierno. Los hombres también fueron acusados de una serie de cargos de armas y drogas.
Influyentes grupos de derechos humanos han calificado el caso de inventado y han afirmado que los hombres pueden haber sido objeto de un ataque por su activismo político. Cuatro de los hombres juzgados dijeron que habían sido torturados con golpes y electrocución durante la investigación. En diciembre, el centro de derechos humanos Memorial, una de las organizaciones de derechos civiles más antiguas de Rusia, había pedido que se retiraran los cargos.
«Es obvio que el procesamiento de los activistas antifascistas en Penza, parte de las continuas medidas represivas contra los anarquistas y antifascistas que aumentaron bruscamente en 2017-2018, tiene una motivación política», escribió la organización.
El lunes, los compañeros de los hombres gritaron «vergüenza» en el tribunal de Penza donde se dictaron las sentencias. Alexei Navalny calificó las sentencias de «horribles».
Oleg Orlov, de Memorial, dijo: «Es un veredicto monstruosamente duro, pero no esperábamos otra cosa».
La fiscalía acusó a los hombres de haber planeado supuestamente atentados, pero dio pocos detalles concretos sobre cuándo o dónde tendrían lugar. Los investigadores afirmaron en un principio que los hombres planeaban atentar contra la Copa del Mundo de 2018 o las elecciones presidenciales, pero esas acusaciones no se reflejaron en la causa penal definitiva.
Los hombres habían jugado juntos al airsoft, una actividad que, según la fiscalía, era un entrenamiento para cometer atentados. En 2019, la Red fue nombrada organización extremista, junto a grupos como Estado Islámico.
«Incluso si estos chicos realmente discutieron una futura revolución … el crimen comienza cuando la gente hace un plan particular, y no fueron acusados de hacer ningún plan determinado», dijo Alexander Verkhovsky, el director del centro Sova de Moscú, que monitorea el extremismo y las contramedidas del gobierno en Rusia.
Cuatro de los acusados afirmaron haber sido torturados durante la investigación, y acusaron a los miembros del Servicio Federal de Seguridad (FSB) de recurrir a palizas y al uso de la electrocución para obtener confesiones.
Dmitry Pchelintsev, de 27 años, activista antifascista de Penza, fue condenado a 18 años de prisión por la presunta creación de la Red. Él y sus coacusados han negado que el grupo existiera.
En el testimonio de su abogado, Pchelintsev dijo que admitió haber planeado atentados terroristas tras ser detenido y torturado con electricidad por los agentes de seguridad. Describió que apretaba los dientes por el dolor y que tenía la boca «llena de sangre».
«Empezaron a quitarme la ropa interior, estaba tumbado boca abajo, intentaron conectar los cables a mis genitales», dijo en declaraciones publicadas por MediaZona. «Empecé a gritar y a rogarles que dejaran de torturarme. Empezaron a decir: ‘Tú eres el líder’. Para detener la tortura, dije: ‘Yo soy el líder'».
FUENTE: AVTONOM
TRADUCCIÓN: ANARQUÍA