Con mecheros colocados bajo la rueda delantera y con otro mechero prendí fuego a un coche eléctrico Enedis en una noche de comienzos de este mayo.
Porque esta empresa participa en el desarrollo sin fin de esta horrible civilización y su dependencia de la electricidad.
Zonas enteras y sus habitantes son devastadas y las poblaciones explotadas para encontrar el uranio para las centrales nucleares y las tierras y los metales raros para los paneles solares fotovoltaicos.
La anestesia general también se basa en el entretenimiento y el control generados por los medios de comunicación de masas mantenidos por los gigantescos suministros de electricidad.
Por todas estas razones, volveré a hacerlo.
Firmado: una rata que respira fuego