“NO INTENTÉIS ROMPERNOS, EXPLOTAREMOS…”

Durante los días 5, 6 y 7 del mes de julio del año 2017, los líderes de la política y de la economía de este mundo se reunieron para una nueva cumbre del G20 en la que continuar articulando sus dictados de explotación y miseria. El escenario que escogieron fue Hamburgo, desafiando al fuerte movimiento popular de aquella ciudad que en los últimos años fue escenario de numerosos conflictos sociales. La respuesta fueron 3 días de manifestaciones masivas y miles de acciones descentralizadas por parte de activistas llegadas desde toda Europa y de más allá. Bloqueos de infraestructura, actos de desobediencia civil, sabotajes y enfrentamientos con la policía, que perdió por completo el control de la situación, destrozaron la imagen de una paz social triste, devolviendo al terreno de lo concreto, de lo posible, lo que en otros momentos no pasa de ser simple teoría.

Como era de esperar, la represión desatada tanto durante los días de la cumbre como en las semanas y meses posteriores fue enorme y a un año y medio desde la revuelta de Hamburgo nos encontramos con un saldo represivo de grandes dimensiones gracias a la cooperación internacional entre cuerpos policiales. Registros y allanamientos en viviendas particulares, espacios okupados y centros sociales en Alemania, Italia, Francia, Suiza o aquí, en el Estado Español, detenciones, encarcelamientos, causas abiertas. Algunas de esas personas represaliadas ya están en prisión, otras se encuentran en la calle tras haber pasado un tiempo encerradas y la mayoría esperan en “libertad” a que llegue el juicio. Nosotras queremos mostrar nuestra solidaridad con ellas, y por eso hemos decidido traducir y maquetar el texto que en su momento publicó el colectivo CrimethINC. haciendo un recuento y un interesante análisis sobre lo que sucedió en aquellos días, con la intención de reactivar la memoria sobre aquellas movilizaciones y de animar a estar atentas a las actualizaciones en la situación de las compañeras encausadas.

Lo que se vivió en Hamburgo durante la cumbre del G20 puede verse como una simple explosión de rabia frente a un contexto muy concreto y que fue posible solo gracias a la confluencia de una gran cantidad de luchadoras fruto del llamado a ese evento en particular y que por lo tanto no tuvo o va a tener unas repercusiones reales sobre el escenario en general al que se enfrentan nuestras respectivas proyectualidades en el plano del día a día, pero nosotras preferimos verlo como el resultado de un gran trabajo previo de organización y preparación y de toda la campaña previa que rodeó a la convocatoria y valorar el esfuerzo que hay tras la labor de miles de compañeras para sostener la contracumbre y el volumen de necesidades de alimento, acogida y cuidados de quienes acudieron pero sobre todo, queremos verlo como una posibilidad, la posibilidad de suspender el control del Estado y de la mercancía sobre nuestras vidas, de liberar nuestro aliento y nuestros latidos de la frenética taquicardia a la que nos somete este mundo con sus valores, sus obligaciones, sus premios, sus castigos, sus deberes, sus normas, sus leyes, y de encontrarnos en la calle para mucho más que para romper escaparates, incendiar coches de lujo o atacar a quienes protegen a los amos, encontrarnos para hablar, para mirarnos a los ojos y poner en común estrategias, inquietudes, tácticas o deseos, y para llevar a cabo lo que por separado jamás podremos hacer. Pero para que tal cosa pueda llegar a convertirse en algo corriente y no solo en el espectáculo fijado por las agendas de nuestros enemigos, es necesario plantearnos nuestros propios compromisos y avanzar en la creación de redes y estructuras con las que poner en jaque al orden existente una y otra vez.

Traducción al castellano: La Rebelión de las Palabras.

Publicación original: CrimethInc.


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