Hace tres semanas se incendió una torre de telefonía móvil 4G / 3G. Lo hicimos como respuesta con pura hostilidad a la pesadilla tecnoindustrial en la que vivimos.
Como un espectro vengativo, colocamos nuestros dispositivos incendiarios encantados en los cables que conectan la torre a la red leviatánica. Aullamos a la luna cuando encendimos los fusibles y maldecimos a la civilización por toda la eternidad. Solo con fuego se puede exorcizar al leviatán tecnoindustrial. Minutos después, los cables se vieron envueltos por un fuego furioso que hizo que la torre perdiera su conexión al ciberespacio. En el repentino silencio cuando las llamadas de teléfonos móviles y las conexiones a Internet se volvieron vacías, solo se podía escuchar el fuego devorador.
Solo la oscuridad nos lleva al lugar donde nos sentimos como en casa. Las brillantes luces industriales que hacen brillar a la ciudad quema nuestros ojos y nubla nuestros corazones. Pero el silencio cibernético que causamos con nuestro fuego a la torre hizo que nuestros cuerpos se sintieran vivos y la alegría llenara nuestros corazones.
Hoy todo vuelve a la normalidad, excepto los cables quemados y la torre silenciada. Los programadores y los jefes están librando el próximo asalto a nuestra querida oscuridad. Las torres 5G ahora están en vivo en Malmö, Gotemburgo y Estocolmo. El siguiente nivel de control leviatánica se despliega frente a nuestros ojos. Los esclavos de la sociedad aplauden su encarcelamiento.
Deseamos que la totalidad de la civilización esté envuelta en llamas. Quemado todo a cenizas, la oscuridad finalmente florecerá. En cada paso que nuestro pie toca el concreto y el asfalto, maldecimos al Leviatán. En cada paso, que nuestro pie toca la tierra, el suelo, las plantas y las raíces, cantamos nuestra alegría por la oscuridad y la naturaleza.
Sabemos que un futuro sin Leviatán nunca llegará, pero esto no nos impide soñar con su muerte. Nunca nos impide conjurar dispositivos incendiarios que queman su cuerpo podrido. Nunca nos impide maldecir su brillante armadura y su luz tecno industrial. Matar, matar, matar es todo lo que Leviatán puede decir. Quemar, quemar, quemar es nuestra respuesta.
Pequeños malditos y magos amantes de la oscuridad
FAI / ELF