El mah jong es un descendiente directo de un antiguo oráculo que hace miles de años consultaban los adivinos chinos. Cuando los astrónomos empezaron a registrar las progresiones del Sol, la Luna y los planetas, utilizaron un mecanismo sencillo, un tablero, para calcular las posiciones de los cuerpos celestes. El movimiento a través de los cielos se registraba moviendo unos contadores alrededor de las divisiones del tablero. Este, u otro parecido, es posiblemente también el origen de juegos muy difundidos, como el parchís, o la oca. Pero precisamente en el mah jong resultan reconocibles algunos restos de este origen, como por ejemplo en el hecho de que los puntos cardinales se encuentren invertidos, ya que se trata de representar un mapa celeste, no terrestre, o que se repartan trece fichas, que son los meses del calendario lunar.
Se atribuye tradicionalmente la invención de este juego (similar al dominó y el parchís) a Confucio, hacia el año 500 antes de nuestra era, a partir de este oráculo. Al ser Confucio aficionado a la ornitología, se llamó al juego “gorrión”. Como con muchos otros juegos (por ejemplo el ajedrez o el fútbol), sufrió modificaciones a lo largo de la historia, siendo el juego inicial que creó, supuestamente, Confucio, la base de otro posterior que surgió en época de la dinastía Tang, bajo el reinado de Tai Zong, hacia el 630 de nuestra era. Sin embargo no hay documentación de este juego hasta finales del siglo XIX, cuando militares ingleses lo describieron y lo introdujeron en Gran Bretaña. En el resto de occidente se expandió partir de 1925.
Ahora, casi 100 años después, tienes en tus manos Mah Jong, una publicación que describe más que una pandemia y sus consecuencias, un juego de estrategia con fichas, en el que influye el azar (se tiran también dados) y cuyo tablero es el mundo, siendo las fichas la población, sus sociedades y sus estados. Cada partida de este juego necesita de un máximo de 4 jugadores (pueden ser 2 o 3, e incluso 1, aunque no es tan divertido), pero éstos juegan de forma individual. Los jugadores establecen las reglas del juego, que pueden variar de una partida a otra, así como los objetivos. Un jugador se puede aliar con otro pero no se forman equipos. Sólo uno puede obtener la victoria.
Daniel Estulin, experto en geoestrategia y ex-coronel de inteligencia ruso dice que las élites no juegan al ajedrez con el mundo, sino al bridge (famoso juego de naipes). Nosotros pensamos que juegan al Mah Jong. Al fin y al cabo ¿No es que el virus comenzó en China?.
En algún lugar del mundo, a principios de mayo de 2020.