El pasado domingo, unas decenas de transfeministas solidarixs llevaron un saludo a las personas encarceladas dentro de la prisión Santa maria capua vetere con motivo del segundo aniversario de la «masacre de semana santa» del 6 de abril de 2020. Los gritos del interior se elevaron cuando todavía estaban llegando lo más cerca posible de las ventanas. Había muchos detenidos que se asomaban, pidiendo ayuda y libertad; muchos de los gritos hablaban de la falta de agua y de la comida incomestible, así como de las malas e insoportables condiciones de vida en el interior. Los intentos de hablar con ellos fueron casi inmediatamente impedidos por las sirenas que el centro penitenciario puso en marcha para dificultar la comunicación e intimidar a lxs solidarixs. Desde el interior, algunos empezaron a gritar que se fueran para señalar la llegada de los guardias.
Los gritos eran fuertes y decididos, y había poco tiempo. Parece al menos necesario difundir esta pequeña noticia sobre las pésimas condiciones y el límite de supervivencia. A pesar de la visibilidad mediática que se le dio a lo sucedido hace dos años y del juicio aún en curso contra los guardias por torturas, palizas y homicidio, las condiciones de los internos siguen siendo inhumanas. Esto demuestra que para el Estado y las instituciones, lo que no está en el punto de mira puede seguir pudriéndose.
Que sólo queden escombros de las cárceles.
LIBERTAD PARA TODOS LOS PRESOS
FUENTE: INFERNO URBANO
TRADUCCIÓN: ANARQUÍA