ITALIA: POR UN JUNIO PELIGROSO (ES/EN/IT/FR)

Recibimos y difundimos la llamada por una movilización en solidaridad con las prisioneras y prisioneros anarquistas en el mes de junio 2017:

POR UN JUNIO PELIGROSO

Un texto que resume las ideas expresadas durante las actividades «Con nuestras cabezas en alto»

En este sistema de dominación la represión estatal que es parte fundamenal y una de sus expresiones más infames; no nos sorprende que históricamente sean más atacados con mayor fuerza sean aquellos que no se dejan recuperar por el sistema del poder, como las individualidades anarquistas, revolucionarios y rebeldes.

Estos últimos responden a la represión física, psicológica, moral, social y económica desatada por todos los componentes del poder democrático y a la brutal violencia indiscriminada de sus brazos armados y del poder judicial. Lo hacen con acciones directas dirigidas a los responsables de la represión, con la destrucción creadora y liberadora de los lugares de dominio y el sabotaje de sus infraestructuras, para poner fin, o por lo menos obstaculizar, las causas de explotación y opresión por seres humanos sobre otros seres humanos, la tierra y los animales.

En la óptica de la liberación total, observar pasivamente la reproducción del dominio significa ser cómplices, así que hay quienes siguen manteniendo la cabeza en alto y rebelarse.

En consecuencia, el poder pone en acción todas sus estrategias y continúan los juicios y procedimientos contra compañeros por acciones y escritos, en momentos de conflictividad. El próximo mes se celebrará el juicio de casación relativo a la denominada operación Shadowv [1], donde varios compañeros son acusados, entre otras cosas, de instigación para cometer un crimen tras la publicación del documento KNO3.

Estos procedimientos judiciales son una expresión de la guerra que las autoridades están realizando sobre el vínculo entre pensamiento y acción, que es la base de la peligrosidad del anarquismo. Más allá de las luchas individuales y específicas, esta operación policial apunta a atacar los conceptos cardinales de ideas y métodos antiautoritarios como la acción directa, el rechazo de la delegación y la solidaridad.

Partiendo de estas reflexiones, durante las reuniones que se desarrollaron después de los arrestos de la operación Scripta Manent, en vez de detenernos en las estrategias de represión, sentimos que era necesario no reducir la solidaridad al apoyo técnico de los presos, sino ampliar el espectro de nuestro análisis.

En este sentido, discutimos cómo la solidaridad es un elemento fundamental de nuestro accionar anarquista y establecer relaciones de complicidad dirigidas a la destrucción del dominio. Esta forma de solidaridad va más allá de los ataques de la represión y que es capaz de no dejarse sofocar por la especificidad de las trayectorias de lucha cuando nos reconocemos en una tensión común de ataque. En particular, la solidaridad activa es un instrumento esencial para responder a la violencia estatal y no tomar sus golpes pasivamente, sino mantener una postura de ataque, para no desarrollar actitudes de victimización, que es lo que quiere la represión. Pensando en términos de ofensiva, de conflictividad permanente e internacionalista más allá del camino de cada uno, el riesgo del aislamiento puede ser reducido y uno de los objetivos más importantes del enemigo puede hacerse ineficaz.

Expresar la solidaridad con contextos y proyectos específicos no significa tener que conformarse con los discursos y prácticas de los que han sido golpeados, ni tampoco significa necesariamente seguir a raíz de una lucha o práctica dada: si nos reconocemos en un horizonte común podemos actuar en solidaridad de acuerdo con nuestra propia tensión individual.

La creación de relaciones de solidaridad a nivel local e internacional es un objetivo estratégico que debemos realizar para afrontar el fortalecimiento de los medios y la voluntad de la represión contra las individualidades anarquistas, revolucionarias y rebeldes

Creemos que es necesario dirigir nuestras propuestas, proyectos y objetivos hacia la destrucción de este sistema, que organiza las relaciones sociales de dominio para aplastar la disidencia, por medio de la recuperación, y dondequiera que esto no sea posible, eliminándola mediante la represión.

En este sentido, reconocemos la importancia de las acciones y las prácticas multiformes dentro del anarquismo. Precisamente porque cuanto más diferencias existen en un contexto, más fuerte es la posibilidad de no quedar atascada en posiciones dogmáticas preestablecidas, siempre que cualquier lucha y ataque específico sea parte de la visión más amplia de la tensión hacia la subversión.

Reconocer el valor de esta diversidad también significa sentar las bases para oponerse a todas las tendencias centralizadoras y dominantes dentro del anarquismo.

Esto sólo es posible a través de una actitud de constante autocrítica y crítica entre los diferentes posicionamientos, una actitud que va hacia un crecimiento cualitativamente significativo tanto del análisis de lo que nos rodea como de las diversas formas posibles de organizar la destrucción de lo que nos oprime.

Al negarnos a la clasificación y catalogar las diferentes tensiones en áreas de identidad, pensamos que cualquier ataque a la autoridad interactúa dentro de los mecanismos y las relaciones sociales y al mismo tiempo actúa en contra de la sociedad misma.

Desde un punto de vista estratégico de una multiplicidad de prácticas es útil para alimentar a la complejidad de la organización y las formas de ataque, estimulando así la discusión sobre medios y fines diferentes dentro de la planificación de la acción anárquica. La comprensión de cómo mejorar esta multiplicidad, sin diluir el contenido con miras a un proyecto común de la destrucción total de este sistema de dominación, es una necesidad urgente.

Es importante tener en cuenta las diversas propuestas y proyectos no tan contradictorias y estáticas, sino como herramientas, recursos y posibilidades disponibles para los y las anarquistas, siempre que tengan algunas características que consideramos fundamentales, tales como el conflicto permanente, el ataque, la independencia de las estructuras políticas institucionales y / o jerárquicamente organizada, y la informalidad como una herramienta de organización.

Hablando de conflicto permanente significa una tensión a la no recuperación de nuestras prácticas y discursos, la negativa a someterse a las evaluaciones de nuestras acciones oportunistas. Esto no excluye la posibilidad de desarrollar una estrategia sobre los sistemas y objetivos, pero esto no puede ser la justificación de esperar y ver, o el debilitamiento de su contenido con el fin de una expansión cuantitativa.

Desde este punto de vista reiteramos el rechazo de cualquier colaboración con el poder o que se presta a su recuperación. Con esto último entedemos la estrategia del poder de absorber experiencias y comportamientos potencialmente peligrosos para sí mismo y dirigirlos hacia sus objetivos.

En las democracias el mecanismo de recuperación es complementaria a la cara dura de la represión y pretende perpetuar este sistema de explotación y opresión: el intento de inclusión e integración de algunos de los residuos tiene por objeto aumentar la participación en el juego político, la creación de divisiones con el fin de atacar más fácilmente a los que no quieren estar en el espectáculo de la sociedad.

La acción anarquista por la destrucción de la sociedad y el dominio responde tanto a la tensión que rechaza la autoridad, y por lo tanto no negocia con ésta sino que quiere derribarla con violencia, y una estrategia más amplia que parte de la conciencia de que nunca viviremos libres con la creación de islas dentro de la sociedad de masas.

Por lo tanto, está fuera de toda duda que la lucha, para no ser reformista, tiene que contemplar el ataque directo como una práctica.

Después de la operación Scripta Manent, Alfredo, Nicola, Danilo, Valentina, Ana, Marco y Sandrone se encuentran actualmente en unidades de alta seguridad, sometidos a restricciones y censura de comunicación con el exterior.

Otros anarquistas se encuentran en prisión en Italia y en el resto del mundo, algunos aquí y en otros lugares están sufriendo varias medidas restrictivas, tales como arresto domiciliario y órdenes de residencia obligatoria.

Llamamos a la movilización en el mes de junio en solidaridad con las individualidades anarquistas, revolucionarias y rebeldes golpeadas por la represión, como una ocasión para la coordinación entre iniciativas y prácticas.

Roma, 30 de abril del 2017

Anarquistas


[1] Operación Shadowv es un procedimiento basado en el artículo 270bis, en que los fiscales de Perugia iniciaron en el 2008. El delito de asociación fue abandonado en el juicio de primer grado, y en el juicio de apelación de 2015 resultó en una sentencia de tres años contra dos compañeros, Un tercer compañero que está siendo investigado por el artículo 302 con la circunstancia agravante de terrorismo después de artículos publicados en KNO3, y condenas contra otros compañeros por un intento de sabotaje a una línea de ferrocarril y robo de automóviles.

TRADUCCIÓN: INSTINTO SALVAJE


FOR A DANGEROUS JUNE

A text that sums up the ideas expressed during the meetings ‘With our heads held high’

State repression is the most important part of the system of dominion and one of its most disgraceful expressions; it doesn’t surprise us that those who are struck most are historically those who don’t let themselves be recuperated by the system of power, i.e. anarchist, revolutionary and rebel individualities.

The latter respond to the physical, psychological, moral, social and economic repression unleashed by all the components of democratic power and to the brutal indiscriminate violence of its armed hands and the judiciary. This they do with direct action aimed at those responsible for repression, with the creative and liberating destruction of the places of dominion and the sabotage of its infrastructures, so as to put an end, or at least hamper, the causes of exploitation and oppression by human beings on other human beings, the earth and animals.

In the view of total liberation, to passively watch the reproduction of dominion means to be accomplices, so there are those who continue to hold their heads high and rebel.

As a consequence power puts all its strategies into action, and the trials and proceedings against comrades for actions, episodes of conflictuality and writings still continue. Next month there will be the cassation trial concerning so-called operation Shadow [1], where a number of comrades are accused, among other things, of instigation to commit a crime following the publication of the paper KNO3.

These judicial proceedings are an expression of the war that the authorities are waging on the bond between thought and action, which is the foundation of anarchism’s dangerousness. Beyond individual and specific struggles, this police operation aims at striking the cardinal concepts of antiauthoritarian ideas and methods such as direct action, refusal of delegating and solidarity.

Starting from these reflexions, during the meetings that developed after the arrests of operation Scripta Manent, rather than dwell on the strategies of repression, we felt it necessary to not reduce solidarity to the technical support of those who are in prison, but to widen the spectrum of our analysis.

In this respect, we discussed how solidarity is a fundamental element of our anarchist acting and relations of complicity aimed at the destruction of dominion. This form of solidarity goes beyond repression’s attacks, and is capable of not letting itself be suffocated by the specificity of the trajectories of struggle when we recognize ourselves in a common tension of attack. In particular, active solidarity is an essential instrument to respond to state violence and not take its blows passively but maintain a stance of attack, so as not to develop attitudes of victimization, which is what repression wants. Thinking in terms of offensive, of permanent and internationalist conflictuality beyond each one’s path, the risk of isolation can be reduced and one of the enemy’s most important goals can be made ineffective.

To express solidarity with specific contexts and projects doesn’t mean to have to conform to the discourses and practices of those who have been struck, nor does it mean to necessarily follow in the wake of a given struggle or practice: if we recognize ourselves in a common horizon we can act in solidarity according to our own individual tension.

The creation of solidarity relations on a local and international level is a strategic objective which we should give ourselves in order to face the strengthening of repression’s means and will against anarchist, revolutionary and rebel individualities.

We think it necessary to address our proposals, projectuality and objectives towards the destruction of the system, which organizes social relations of dominion by flattening dissent through recuperation, and wherever this is not possible, by eliminating it through repression.

In this respect, we recognize the importance of multiform actions and practices within anarchism. Precisely because the more differences that exist in a context, the stronger the possibility of not getting stuck on pre-arranged dogmatic positions, provided that any specific struggle and attack is part of the wider view of tension towards subversion.

To recognize the value of this diversity also means to lay the foundations for opposing all centralizing and dominating tendencies within anarchism.

This is only possible through an attitude of constant self-criticism and critique between the different approaches, an attitude that goes towards qualitatively significant growth of both analysis of what surrounds us and the various possible ways to organize the destruction of what oppresses us.

By refusing to classify or make it possible for others to classify our different tensions into identity categories, we think that any attack on authority interacts with social mechanisms and relations and at the same time acts against society itself.

From a strategic point of view the existence of multiform practices is useful to nourish the complexity of the forms of organization and attack, and enhances the discussion on means and ends within the different anarchist projectualities of action. To understand how to give value to this diversity without diluting its contents in the view of a common project of total destruction of the system of dominion, is an absolute necessity.

It is important to consider different proposals and projectualities not as being antithetical and static but as being instruments, resources and possibilities at anarchists’ disposal, provided that they have certain characteristics that we believe are fundamental, such as permanent conflictuality, attack, independence from institutional hierarchically organized political structures, and informality as an instrument of organization.

By permanent conflicutality we mean a tension towards the irretrievability of our practices and discourses, the refusal to submit our action to opportunistic evaluations. This doesn’t exclude the possibility of developing a strategy referring to modalities and objectives, but this cannot be a justification for wait-and-see attitudes or the watering down of our own contents for the sake of a quantitative widening.

From this point of view we reiterate the refusal of any collaboration with power or that lends itself to recuperation. By the latter we intend power’s strategy of absorbing experiences and behaviour that is potentially dangerous to itself and of directing them towards its goals.

In democracies the mechanism of recuperation is complementary to the harshest face of repression and has the goal of perpetuating the system of exploitation and oppression: the attempt at inclusion and integration of some forms of dissent is meant to increase participation in the political game, thus creating divisions in order to more easily attack those who don’t want to be in the spectacle of society.

Anarchist action for the destruction of society and dominion responds both to the tension that refuses authority, and therefore doesn’t negotiate with the latter but wants to overthrow it with violence, and a wider strategy that starts off from the awareness that we will never live free by creating islands inside mass society.

It is therefore out beyond question that the struggle, in order not to be reformist, has to contemplate direct attack as a practice.

Following operation Scripta Manent Alfredo, Nicola, Danilo, Valentina, Anna, Marco and Sandrone are currently being held in high security units, subjected to restrictions and censorship of communication with the outside

.Other anarchists find themselves in prison in Italy and in the rest of the world, others here and elsewhere are undergoing various restrictive measures, such as house arrest and compulsory residence orders.

We call for mobilization in the month of June in solidarity with anarchist, revolutionary and rebel individualities struck by repression, as an occasion for coordination between initiatives and practices.

Rome, 30th April 2017
Anarchists


[1] Operation Shadow is a procedure based on article 270bis, which Perugia prosecutors started in 2008. The crime of association was dropped in the first grade trial, and in the 2015’s appeal trial it resulted in a sentence of 3 years against two comrades, a third comrade being investigated for article 302 with the aggravating circumstance of terrorism following articles published in KNO3, and sentences against other comrades for attempted sabotage on a railway line and car theft.


FUENTE: ACT FOR FREEDOM NOW!


Riceviamo e diffondiamo la chiamata per una mobilitazione solidale con prigionieri e prigioniere anarchiche nel mese di giugno 2017:

PER UN GIUGNO PERICOLOSO

Scritto a partire dalle riflessioni degli incontri ‘A testa alta’

In questo sistema di dominio la repressione statale è parte fondamentale e una delle sue espressioni più infime; non ci sorprende che storicamente ad essere attaccati con più forza siano quelli che non si lasciano recuperare dal sistema di potere, ovvero le individualità anarchiche, rivoluzionarie e ribelli.

Queste ultime, alla repressione fisica, psicologica, morale, sociale ed economica portata avanti da tutte le componenti del potere democratico ed alla brutale violenza indiscriminata dei loro bracci armati e della magistratura, contrappongono l’azione diretta mirata contro i responsabili dell’oppressione, la distruzione creativa e liberatrice dei luoghi del dominio e il sabotaggio ai danni delle sue infrastrutture, per porre fine o quanto meno ostacolare le cause dello sfruttamento e dell’oppressione dell’essere umano sull’essere umano, sulla terra e sugli animali.

Nell’ottica della liberazione totale, assistere passivi alla riproduzione del dominio è essere complici, perciò c’è chi continua ad alzare la testa e ribellarsi.

In conseguenza a ciò il potere mette in atto le sue strategie repressive e continuano i processi e i procedimenti contro compagni in riferimento ad azioni, momenti di conflittualità e scritti; il prossimo mese si terrà l’udienza in cassazione della cosiddetta op. Shadow (1), in cui alcuni compagni ed una compagna sono accusati, tra le altre cose, di istigazione a delinquere per la pubblicazione della rivista KNO3.1

Questi procedimenti sono un’espressione della guerra che l’autorità porta avanti contro il connubio tra pensiero e azione che è il fondamento della pericolosità dell’anarchismo. Ogni operazione sbirresca, aldilà degli individui e delle lotte specifiche, mira a colpire i concetti cardine del pensiero e del metodo anti-autoritario come l’azione diretta, il rifiuto della delega e la solidarietà.

A partire da queste riflessioni, negli incontri che si sono sviluppati a seguito dagli arresti dell’op. Scripta Manent, anziché soffermarsi a discutere delle strategie repressive, si è sentita la necessità di non ridurre la solidarietà ad un sostegno tecnico a chi è in carcere, ma di allargare lo spettro delle nostre analisi.

In questo senso, ci si è confrontati su come la solidarietà sia un elemento fondamentale del nostro agire anarchico e dei rapporti di complicità volti alla distruzione del dominio; una solidarietà che vada quindi al di là degli attacchi della repressione, e sia in grado di non farsi soffocare dalle specificità dei percorsi di lotta, nel momento in cui ci si riconosce in una tensione comune di attacco. In particolare, la solidarietà attiva è uno strumento essenziale per rispondere alla violenza dello stato, per non ricevere passivamente i suoi colpi, per mantenere un carattere di attacco di fronte ad essi, così da non sviluppare atteggiamenti al ribasso e vittimistici, che è proprio ciò che la repressione si auspica.

Ragionando in un’ottica offensiva, di conflittualità permanente ed internazionalista, al di là dei differenti percorsi di ognuno, si riduce il rischio dell’isolamento, invalidando uno degli obiettivi principali del nemico.

Esprimere solidarietà nei confronti di contesti e progetti specifici non significa doversi uniformare ai discorsi ed alle pratiche di chi viene colpito, e nemmeno inserirsi necessariamente nella scia di una lotta o di una pratica: riconoscendoci in un orizzonte comune, è possibile agire in solidarietà secondo la propria tensione individuale.

La creazione di rapporti di solidarietà, a livello locale come internazionale, è un obiettivo strategico, che dovremmo porci per cercare di far fronte al potenziamento dei mezzi e delle volontà repressive nei confronti delle individualità anarchiche, rivoluzionarie e ribelli.

Pensiamo sia necessario indirizzare le nostre proposte, progettualità ed obiettivi verso la distruzione di questo sistema, che struttura i rapporti sociali e di dominio appiattendo il dissenso attraverso il recupero e, quando non è possibile, eliminandolo attraverso la repressione.

In questo senso, riconosciamo l’importanza della multiformità di tensioni e pratiche all’interno dell’anarchismo, proprio perché più differenze ci sono in un contesto, maggiore è la possibilità di non immobilizzarsi su posizioni prestabilite e dogmatiche, a condizione che ogni lotta e attacco specifico si inserisca nell’ottica più ampia della tensione alla sovversione.

Riconoscere il valore di questa diversità vuol dire anche porre le basi per contrastare ogni tendenza accentratrice ed egemonizzatrice nell’anarchismo.

Questo è possibile solo attraverso un atteggiamento di autocritica e critica costante tra i diversi approcci, che vada nella direzione di una crescita qualitativamente significativa, tanto dell’analisi di ciò che ci circonda, quanto delle diverse maniere possibili per organizzare la distruzione di ciò che ci opprime.

Rifiutando di catalogare e far catalogare le nostre diverse tensioni in aree identitarie, pensiamo che ogni attacco all’autorità interagisce all’interno dei meccanismi e rapporti sociali e contemporaneamente agisce contro la società stessa.

Da un punto di vista strategico una multiformità di pratiche è utile per alimentare la complessità di forme di organizzazione e di attacco, stimolando così la discussione su mezzi e fini all’interno delle diverse progettualità anarchiche d’azione. Capire come valorizzare questa multiformità, senza diluire i contenuti nell’ottica di un comune progetto di distruzione totale di questo sistema di dominio, è una necessità impellente.

È importante considerare le diverse proposte e progettualità non come antitetiche e statiche ma come strumenti, risorse e possibilità a disposizione degli anarchici e delle anarchiche, purché abbiano alcune caratteristiche che riteniamo fondamentali, quali la conflittualità permanente, l’attacco, l’indipendenza da strutture politiche istituzionali e/o organizzate gerarchicamente, e l’informalità come strumento organizzativo.

Parlando di conflittualità permanente intendiamo una tensione all’irrecuperabilità delle nostre pratiche e discorsi, il rifiuto di sottoporre il nostro agire a valutazioni opportunistiche. Con questo non si esclude la possibilità di sviluppare una strategia relativa alle modalità e agli obiettivi, ma questa non può essere la giustificazione dell’attendismo, né dell’annacquamento dei propri contenuti in un’ottica di allargamento quantitativo.

Ribadiamo da questo punto di vista il rifiuto di ogni intervento di collaborazione con il potere o che presti il fianco al recupero. Con quest’ultimo termine intendiamo la strategia del potere di inglobare le esperienze ed i comportamenti per esso potenzialmente pericolosi, reindirizzandoli ai suoi scopi.

Nelle democrazie il meccanismo del recupero è complementare al volto più duro della repressione ed ha il fine di perpetuare questo sistema di sfruttamento e oppressione: il tentativo di inclusione e integrazione di alcune forme di rifiuto è volto ad aumentare la partecipazione al gioco politico, creando divisioni per poter più facilmente attaccare chi allo spettacolo della società non vuole partecipare.

L’azione anarchica diretta alla distruzione della società del dominio risponde sia alla pulsione che rifiuta l’autorità e quindi non media con essa, mirando ad abbatterla violentemente, sia ad una più ampia strategia che parta dalla consapevolezza che non si vivrà mai liberi creando isole all’interno di questa società di massa.

È quindi imprescindibile che una lotta, affinché non sia riformista, contempli come pratica l’attacco diretto.

In seguito all’op. Scripta Manent Alfredo, Nicola, Danilo, Valentina, Anna, Marco e Sandrone si trovano al momento nelle sezioni di alta sicurezza, sottoposti a limitazioni e censura della comunicazione con l’esterno.

Altri anarchici si trovano nelle carceri in Italia e nel mondo, altri ancora qui e altrove sono sottoposti a diverse misure restrittive, come arresti domiciliari e obblighi di dimora.

Lanciamo per il mese di Giugno una mobilitazione in solidarietà alle individualità anarchiche, rivoluzionarie e ribelli colpite dalla repressione, come momento di coordinamento tra iniziative e pratiche.

Roma, 30 aprile 2017

Anarchiche e Anarchici


(1) L’Operazione Shadow è il procedimento per 270 bis che la Procura di Perugia attuò nel 2008. Il reato associativo è caduto in primo grado ed in appello si è concretizzato, nel 2015, ad una condanna di 3 anni per due compagni e ad un terzo compagno indagato a piede libero per 302 c.p. con l’aggravante di finalità al terrorismo per gli articoli di KNO3 ed a condanne ad altri compagni per tentato sabotaggio ad una linea ferroviaria e furto d’auto.


FUENTE: INFORMA-AZIONE


POUR UN MOIS DE JUINS DANGEREUX

Écrit à partir des réflexions issues des rencontres « A tête haute »

La répression de l’État est une partie fondamentale de ce système de domination, et elle en est une de ses expressions les plus infimes ; cela n’est pas surprenant qu’historiquement ceux qui sont attaqués avec plus de force sont ceux qui ne se laissent pas récupérer par le système du pouvoir, c’est à dire les individualités anarchistes, révolutionnaires et rebelles.

Ces derniers, face à la répression physique, psychologique, morale, sociale et économique menée par tous les composants du pouvoir démocratique, et à la violence brutale de leur bras armés et des tribunaux, opposent l’action directe ciblée contre les responsables de l’oppression, la destruction créatrice et libératrice des lieux de la domination et le sabotage de ses infrastructures, pour en finir avec (ou du moins contrarier) les causes de l’exploitation et de l’oppression de l’humain sur l’humain, sur la terre et sur les animaux.

Dans la perspective de la libération totale, regarder en spectateurs passifs la reproduction de la domination signifie en être complices, c’est pour cela qu’il y en a qui continuent à lever la tête et à se révolter.

A la suite de cela, le pouvoir active ses stratégies répressives et nombreux sont les procès et affaires contre les compagnons en rapport à des actions, des moments de conflictualité et des écrits; le mois prochain, il y aura l’audience en Cassation pour la dénommée Opération Shadow, affaire dans laquelle des compagnons et une compagnonne sont accusés, entre autre, de « Provocation aux crimes et délits », à cause de la publication du bulletin KNO3 [1].

Ces procédures sont une expression de la guerre que l’autorité mène contre l’union entre pensée et action qui est à la base de la dangerosité de l’anarchisme. Chaque opération de police, au-delà des individus et des luttes précises, vise à frapper les concepts fondamentaux de la pensée et de la méthode antiautoritaire, tel que l’action directe, le refus de la délégation et la solidarité.

A partir de ces réflexions, lors des rencontres qui ont eu lieu à la suite des arrestations de l’Opération Scripta Manent, au lieu de rester discuter à propos des stratégies répressives, nous avons ressenti la nécessité de ne pas limiter la solidarité à un soutien technique à ceux qui sont en prison, mais d’élargir le spectre de nos analyses.

En ce sens, nous avons échangé sur le fait que la solidarité est un élément fondamental de notre agir anarchiste et des rapports de complicités visant à la destruction de la domination ; une solidarité, donc, qui va au-delà des coups portés par la répression et arrive à ne pas se faire étouffer par les spécificités des divers parcours de lutte, du moment qu’elle se reconnaît dans une tension commune vers l’attaque. En particulier, la solidarité active est un instrument fondamental pour répondre à la violence de l’État, pour ne pas subir passivement ses coups, pour garder une attitude d’attaque face à ceux-ci, de façon à ne pas développer des attitudes qui tendent vers le bas et la victimisation, exactement ce que la répression se donne pour objectif. Raisonnant dans une perspective offensive, de conflictualité permanente et internationaliste, au-delà des différents parcours de chacun, on diminue le risque d’isolement, réduisant à néant un des objectifs principaux de l’ennemi.

Exprimer de la solidarité à l’encontre de situations et projets spécifiques ne signifie pas devoir s’uniformiser aux discours et aux pratiques de ceux qui sont frappés par la répression, ni forcément se placer dans le sillon d’une certaine lutte ou d’une pratique donnée ; nous reconnaissant dans un horizon commun, il est possible d’agir en solidarité, mais selon sa propre tension individuelle.

La création de rapports de solidarité, au niveau local comme international, est un objectif stratégique que nous devrions nous donner, afin de contrer le renforcement des moyens et des volontés répressifs à l’encontre des individualités anarchistes, révolutionnaires et rebelles.

Nous pensons qu’il est nécessaire d’adresser nos propositions, nos perspectives et nos objectifs vers la destruction de ce système qui façonne les rapports sociaux et de domination, nivelant la dissension à travers la récupération et, quand celle-ci n’est pas possible, l’éliminant avec la répression.

En ce sens, nous reconnaissons l’importance de la plus grande variété possible des tensions et des pratiques au sein de l’anarchisme, justement parce que plus il y a des différences dans une situation et plus grande est la possibilité de ne pas se figer sur des positions préétablies et dogmatiques ; cela à condition que toute lutte et attaque spécifique s’insère dans la perspective plus large de tendre vers la subversion.

Reconnaître la valeur de cette diversité signifie également poser les bases pour contrer toute tendance centralisatrice et hégémonique dans l’anarchisme.

Ceci est possible seulement à travers une attitude d’autocritique et de critique permanente entre les différentes approches, qui aille dans le sens d’une croissance significative sur le plan qualitatif, et dans l’analyse de ce qui nous entoure et des différentes manières possibles d’organiser la destruction de ce qui nous opprime.

Refusant de cataloguer et de faire cataloguer nos différents tensions en des courants identitaires, nous pensons que toute attaque contre l’autorité interagit à l’intérieur des mécanismes et des rapports sociaux, et au même moment agit contre la société elle-même.

D’un point de vue stratégique, une grande variété de pratiques est utile pour alimenter la complexité des formes d’organisation et d’attaque, stimulant ainsi la discussion sur les moyens et les fins au sein des différentes perspectives de l’anarchisme d’action.

Il y a la nécessité urgente de comprendre comment donner de la valeur à cette complexité, sans en diluer les contenus, dans une perspective d’un projet commun de destruction totale de ce système de domination.

Il est important de considérer les différentes propositions et perspectives non pas comme opposées et statiques, mais comme des instruments, des ressources et des possibilités à disposition des compagnons et compagnonnes anarchistes, à condition qu’elles aient certaines caractéristiques que nous pensons fondamentales, telles que la conflictualité permanente, l’attaque, indépendance vis-à-vis de toute structure politique institutionnelle et/ou hiérarchique et l’informalité comme instrument d’organisation.

Comme conflictualité permanente nous entendons une tension vers l’impossibilité de la récupération de nos pratiques et discours, le refus de juger notre agir à l’aune de l’opportunité. Avec ceci nous n’excluons pas la possibilité de développer une stratégie par rapport aux modalités et aux objectifs, mais cela ne peut pas être une justification de l’attentisme,  ni de l’édulcoration de ses idées avec l’objectif d’un élargissement quantitatif.

Nous réaffirmons, de ce point de vue, le refus de toute intervention qui collabore avec le pouvoir, ou qui laisse la porte ouverte à la récupération. Comme récupération nous entendons la stratégie du pouvoir d’absorber les expériences et les comportements potentiellement dangereux pour lui, en les réutilisant pour ses fins.

Dans les démocraties, la récupération est complémentaire au visage plus dur de la répression, et a comme fin celui de perpétuer ce système d’exploitation et d’oppression : la tentative d’inclusion et d’intégration de certaines formes de refus vise à augmenter la participation au jeu politique, créant des divisions pour pouvoir attaquer plus facilement ceux qui ne veulent pas participer au spectacle de la société.

L’action anarchiste visant à la destruction de la société de la domination répond à la fois à la pulsion qui refuse l’autorité, ne négociant donc pas avec elle et visant à l’abattre par la violence, et à une plus ample stratégie qui part de la conscience qu’on ne vivra jamais libres en créant des îlots à l’intérieur de cette société de masse.

Pour qu’elle ne soit pas réformiste, il est donc incontournable qu’une lutte prévoit comme pratique l’attaque directe.

A la suite de l’Opération Scripta Manent, Alfredo, Nicola, Danilo, Valentina, Anna, Marco, Sandrone sont pour l’instant dans les sections de Haute sécurité des taules italiennes, soumis à des limitations et à la censure de leurs communications avec l’extérieur.

D’autres anarchistes sont en prison, en Italie et dans le monde, d’autres encore, ici et ailleurs, sont soumis à différentes mesures restrictives, comme des arrestations domiciliaires ou des résidences surveillées.

Nous appelons, pour le mois de juin, à une mobilisation de solidarité avec les individualités anarchistes, révolutionnaires et rebelles frappés par la répression, en guise de moment de coordination entre différentes initiatives et pratiques.

Rome, 30 avril 2017
Des compagnonnes et compagnons anarchistes


* Note : L’Opération Shadow est la procédure pour « Association avec finalité de terrorisme » que le Parquet de Perugia a ouvert en 2008. Le délit d’association est tombé lors du procès de premier degré et la condamnation en appel, en 2015, a été de 3 ans pour deux compagnons (plus un autre compagnon sous enquête pour « Provocation aux crimes et délits », avec la circonstance aggravante de finalités de terrorisme, à cause des articles du bulletin KNO3), en plus des condamnations pour d’autres compagnons pour tentative de sabotage d’une caténaire d’un chemin de fer et vol de voiture.


FUENTE: ATTAQUE