En una entrevista de vídeo realizada esta mañana con una compañera, Natascia hizo saber que el 16 de junio, a su regreso a la cárcel de Vigevano tras la vista preliminar del juicio de Scintilla en el que está imputada y que se celebró en Turín, le tomaron la temperatura y la metieron inmediatamente en una celda de aislamiento. Cuando se dio cuenta de que iba a ser trasladada de nuevo a la prisión de S. Maria Capua Vetere, declaró oficialmente el inicio de su huelga de hambre, arrojando la comida fuera de la celda cuando se la entregaron.
De nada han servido las peticiones para que se le asigne otro centro penitenciario, dada la vulneración de su derecho a la defensa, que le impide seguir adecuadamente los juicios en los que está acusada en Génova (Prometeo) y Turín (Scintilla), y reunirse con su abogado, tanto en la sala de vistas como en la fase preparatoria. También hay que añadir que la única petición que pudo presentar en persona procedía de la cárcel de Vigevano, porque de la cárcel de S. Maria Capua Vetere nunca las dejaron salir, quedando con toda probabilidad acumulando polvo en un escritorio de la dirección de la cárcel.
Natascia está decidida a llegar hasta el final y a no tocar la comida hasta que la situación cambie.
Fuerte, decidida y ecuánime, Natascia no dejó de luchar ni siquiera cuando la encerraron. Nosotrxs, afuera, nuestra tarea es la de luchar con la misma fuerza y determinación, a su lado.
AL LADO DE NATASCIA, ¡CÓMPLICES Y SOLIDARIXS!