Las siguientes son las palabras con las que dos compañeros quisieron recordar a Marilù Maschietto, compañera fallecida el 29 de diciembre de 2020.
Hola Marilù, contigo muere otro trozo de mi anarquía.
Gracias por ser siempre un refugio seguro para mí y las personas que amaba.
Gracias por sacarme de la apatía y la desilusión cuando tenía 18 años y los anarquistas, y parecían un montón de charlatanes y drogadictos.
Y gracias sobre todo por enseñarme el espíritu crítico y que los anarquistas no necesitan líderes y que el desprecio y la superioridad hacia los ingenuos y los incautos no deben encontrar espacio en nuestro corazón.
Quería decírtelo mirándote a los ojos pero no tuve tiempo… perdóname.
Te debo mucho, te quiero, no te olvidaré.
Alfredo
Prisión de Ferrara
Disculpe si tomo la palabra leyendo un texto y no por casualidad como se merece una compañera que vivió toda una vida, dando todo lo que pudo – en términos de fuerza, medios, ideas – al movimiento anarquista con la misma facilidad con la que ella Habla en el salón de la casa.
Marilù sabía que nos iba a dejar. Las últimas palabras que me dijo hace unos días fueron: «Acuérdate siempre de mí». Pero a pesar de esta conciencia, siguió haciendo planes, tratando de hacer su propia contribución a la lucha por la anarquía hasta el último momento.
Recordar a Marilù es difícil, de hecho muy difícil, ya que la suya no es una simple historia personal, sino que forma parte del legado histórico de los revolucionarios. Se compone de vínculos, de historias entrelazadas, sobre todo colectivas, pero también de enfrentamientos. Nos dejó testimonio de la experiencia de Acción Revolucionaria, también a través de libros, contribuyó al nacimiento del Comité Contra la Prisión y la Represión «Gianfranco Faina» al acompañar a los presos durante toda su vida.
Supe la historia del movimiento anarquista de sus labios, antes incluso de los libros. Algunos dirán que es historia partidista. Sí lo es. Esto se debe a que es la historia que cuentan quienes siempre han apoyado el anarquismo de acción sin ser un mero espectador, entre el placer de un golpe y el dolor de ver a sus compañeros morir con el arma en mano o en la cárcel o, peor aún, distanciándose de las prácticas revolucionarias.
Entonces, gracias a sus historias, traté de vivir con la misma pasión, aprendí a defender los mismos principios, así como a guardar el mismo rencor.
Recordar a Marilù, como nos pediste, es entonces defender la hipótesis revolucionaria, ponerla en práctica sabiendo que está llena de opciones por hacer. Un cierto partidismo no solo es inevitable, sino obligatorio. Porque si -como decimos en ocasiones similares- se debe pasar la batuta, entonces debemos hacer nuestra la historia de los revolucionarios, con todo lo que conlleva. Debemos tener el valor de elegir, de saber ser parciales. Del lado de los explotados, pero más aún del lado de los que, entre los explotados, han abandonado toda demora para abrazar la lucha por la libertad, sin compromiso y sobre todo sin negar nada.
A ti, Marilù, a los compañeros muertos que han vivido plenamente, a los que todavía pagan el precio de sus elecciones.
No merecen nuestras lágrimas, sino las del miedo de los opresores.
Marco
FUENTE: MALACODA
TRADUCCIÓN: ANARQUÍA