ITALIA: CONTRA EL 41 BIS, SOLIDARIDAD REVOLUCIONARIA CON EL ANARQUISTA ALFREDO COSPITO

El jueves 5 de mayo, el anarquista encarcelado Alfredo Cospito recibió la notificación de la disposición contra él del régimen penitenciario del 41 bis.

Actualmente Alfredo sigue detenido en la prisión de Terni, en la sección dedicada. No sabemos si se trata de un destino provisional y si le seguirá un traslado a otra institución. El decreto ha sido ordenado, como prevé la ley, directamente por la ministra de Justicia Marta Cartabia, ex presidenta del Tribunal Constitucional. Recordemos, muy brevemente, que el 41 bis es un régimen penitenciario particularmente aflictivo, que prevé, para impedir cualquier forma de comunicación, el aislamiento, la ausencia de sociabilidad y de cualquier actividad interna, el silencio, la censura de la correspondencia, una hora de reuniones mensuales con la mampara de cristal y el «interfono», luego la grabación de la propia reunión, 10 minutos de llamadas telefónicas al mes con un familiar autorizado obligado a llamar desde el interior de un cuartel de los Carabinieri. A los presos se les prohíbe recibir periódicos y libros, la mayor parte de la correspondencia es bloqueada de antemano por su contenido, además, no es posible comprar periódicos y existe una fuerte limitación en la disponibilidad de objetos dentro de la celda (libros, ropa, comida, papel y bolígrafo están limitados).

No es la primera vez que se aplica esta medida a los revolucionarios, en 2006 cuatro presos de Brigate Rosse (Brigadas Rojas) fueron internados en este tipo de instalaciones (una de ellas, Diana Blefari, se suicidó en octubre de 2009, poco después de ser retirada del 41 bis). Se trata de un precedente que, a pesar de las movilizaciones, aún no ha sido desarticulado.

En estas primeras horas de rabia, debemos detenernos en dos cuestiones.

Por un lado, el ataque personal y físico a un compañero anarquista que en estos diez años nunca ha bajado la cabeza: un compañero que decía haber disparado en las piernas al director general de Ansaldo Nucleare, el señor Adinolfi. El hecho de que Alfredo no pudiera ser aislado y su contribución revolucionaria silenciada fue una espina para los investigadores. Esto ha llevado en los últimos años a nuevas medidas restrictivas contra él, como la censura de la correspondencia y el cumplimiento de una orden de detención en la cárcel por la Operación Sibilla del 11 de noviembre, mediante la cual las fuerzas represivas han intentado retirar de la circulación un periódico y publicaciones que a lo largo de los años han informado de los artículos y contribuciones del compañero. Debemos hacer sentir a Alfredo la solidaridad de un movimiento que no se amansa, que no lo ha olvidado, que no lo deja solo; debemos hacer que esta solidaridad rompa las prohibiciones y el aislamiento.

Por otro lado, vemos en este hecho un precedente contra todo el movimiento anarquista. Necesitamos una movilización internacional efectiva que haga pagar al Estado italiano el precio de esta enésima elección. En otras palabras, el precedente no debe pasar.

La lucha revolucionaria, sin embargo, siempre va un paso por delante de la ambigüedad de la ley y aporta claridad. Así lo demuestran las acciones emprendidas contra el intento de acercarse al 41 bis, manifestadas en particular en 2019 con el traslado de la sección femenina de la AS2 a la cárcel de L’Aquila. Frente al manto de aislamiento que el Estado pretende imponer a Alfredo, es necesario reafirmar la solidaridad como una necesidad constante en la comunicación entre revolucionarios, elemento que en los últimos años no ha faltado a nivel internacional.

Ser anarquista es difícil, pero no nos importa si esto es considerado un crimen o no. Los que matan de hambre, explotan, lanzan bombas sobre el pueblo, son los mismos hombres y mujeres que se encargan de llevar el anarquismo a los esquemas de la ley, despotenciando las tensiones, suprimiendo la posibilidad de la acción concreta. Este traslado es también una advertencia para todos aquellos que creen que no hay «libertades» concedidas por los amos y gobernantes, un mensaje para quienes -combinando pensamiento y acción- pretenden destruir el Estado y el capital.

Necesitamos una movilización capaz de contraatacar. No podemos ni queremos ocultar las responsabilidades políticas y personales de la ministra Marta Cartabia. La jurista, con su medida, parece haber decidido anticiparse veinte días a la sentencia del Tribunal de Apelación en el juicio Scripta Manent, previsto para el 25 de mayo, juicio en el que Alfredo fue condenado en apelación a veinte años de prisión por asociación subversiva con fines de terrorismo y masacre con fines de terrorismo (a lo que hay que añadir los nueve años y medio del ya mencionado juicio por la acción contra Adinolfi). En Italia el delito de masacre está previsto incluso sin muertos ni heridos, basándose en la potencialidad de un ataque explosivo. Es precisamente el delito de masacre el que podría haber sido el pico que permitió la disposición del 41 bis contra Alfredo. El mismo delito de masacre se imputa, también en el juicio Scripta Manent, a la anarquista Anna Beniamino, y, en otro juicio, al anarquista Juan Sorroche. Demostrando que el precedente ya está cargado de consecuencias para otros compañeros.

La ministra Cartabia está fuertemente apadrinada como candidata a la presidencia de la república por los grupos progresistas que han lanzado la campaña para que por fin haya una mujer al frente del Estado en Italia. Recordemos que en Italia el presidente de la república asume también las funciones de máximo jerarca del sistema judicial y preside el consejo superior de la magistratura (CSM). No vamos a quejarnos de los abusos y violaciones de la ley por parte de los burócratas que la gestionan, pero no podemos dejar de observar cómo la ministra Cartabia ha optado deliberadamente por imponer todo su peso político -como jurista, como ministra, como posible futura jefa de la judicatura- con una disposición que, entre las diversas iniquidades, contiene también la de asumir la posible sentencia definitiva para Alfredo y los demás acusados. Por todo ello, no podemos esperar ni un solo minuto. Por ello, llamamos a una movilización internacional bajo el signo de una continuidad revolucionaria que haga cada vez más amplio su campo de acción.

Contra el 41 bis, ¡romper el aislamiento!
Si intentan hacernos callar, ¡les morderemos la mano!
Contra la censura, ¡perseveramos en la propaganda anarquista!
¡Solidaridad revolucionaria con el anarquista Alfredo Cospito!

Anarquistas

FUENTE: DARK NIGHTS

TRADUCCIÓN: ANARQUÍA