El 5 de enero, 78º día de huelga de hambre hasta el final contra el régimen penitenciario del 41 bis y la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, la emisora antagonista Radio Onda d’Urto emitió un segundo discurso del médico que visita regularmente al compañero anarquista Alfredo Cospito, encarcelado en la prisión de Bancali, en Sassari. En cuanto a la actualización del 71º día de huelga de hambre (29 de diciembre), informamos de la transcripción del discurso y de la grabación de la emisión (en italiano):
«[…] En general, el estado de Alfredo esta bien. Está llevando la huelga de hambre de una manera inesperada, quizás porque partía de un peso elevado, al principio pesaba 115 kg, mientras que hoy está 2 kg por debajo de la última vez que lo vi, por lo que estamos hablando de 83,5 kg. Con todo, está absolutamente lúcido, bien orientado en el tiempo y en el espacio, sólo refiere algunas bajadas de presión, sobre todo al levantarse, y esto se debe a que mantiene una presión ligeramente baja; sin embargo, no especialmente, hoy ha tenido una máxima de 105, una mínima de 70, así que en conjunto una buena presión. En cuanto a los exámenes hematoquímicos -los últimos aún no han llegado- la situación de los penúltimos era estacionaria como los anteriores, así que hay una ligera bajada de los glóbulos blancos, pero en cuanto al resto […] los parámetros vitales son buenos. En cuanto al potasio, no le puedo decir nada, porque, como le dije en la última entrevista, el potasio estaba un poco bajo, pero parece -por el electrocardiograma donde se ve indirectamente una posible bajada de potasio- que ya no hay esas alteraciones típicas de la hipopotasemia. Ha estado tomando miel de vez en cuando, y esto también le está sentando bien con respecto a una especie de queilosis que tenía en la lengua, con pátina, etc; básicamente, la miel es un antibiótico natural. Hoy le traje curaseptic, que es un enjuague bucal muy desinfectante […], los carceleros no querían, entonces logré que se enjuagara, y eso lo hizo sentir bien; después usó este ‘cepillo’ que también le traje para quitarse la placa de la lengua, y en general estaba muy contento de cómo se sentía, de cómo sentía su boca. Así que básicamente la situación es estacionaria […]».