En agosto de 2018, dos artefactos explosivos, uno de los cuales no funcionará, son colocados cerca del local de la Lega, en Villorba (en los suburbios de Treviso).
Una acción «contra los políticos, los policías y sus adláteres».
Juan, nuestro amigo y compañero, está acusado de este ataque y el Tribunal de Treviso lo está juzgando por «masacre indiscriminada»
La acusación de masacre indiscriminada e infame revela el mundo al revés en el que vivimos. El que ha matado a cientos de personas en las calles, en las fábricas, en los hospitales psiquiátricos y en las cárceles; el que, durante décadas, ha encubierto a los empresarios que han hecho morir a trabajadores por la exposición al amianto, o que han hecho enfermar a poblaciones enteras por la contaminación del aire, de los campos, del agua ; el que ha impedido a millones de personas salir de sus casas, mientras obligaba a los ancianos a morir de COVID y soledad, en las RSA; [Residenza sanitaria assistenziale, residencias de ancianos] el que saquea y bombardea países enteros y luego deja que la gente que huye de la miseria y de la guerra se hunda en el Mediterráneo o se congele en un bosque; sí, especifíquelo, Su Majestad el Estado italiano, acusa de masacre indiscriminada a un anarquista, enemigo de todo poder y de toda opresión
Además, cuando un general de la OTAN [Francesco Paolo Figliuolo, general del ejército italiano; desde el pasado mes de marzo es también comisario extraordinario para la gestión de la emergencia Covid-19] Cuando un banquero [Mario Draghi, actual jefe del gobierno italiano, antiguo burócrata del Ministerio de Economía, director del Banco Central italiano y del BCE, cuando éste impuso las políticas de «austeridad» a Grecia], que ya está matando de hambre a la población griega, impone pases en nombre de la «responsabilidad hacia los demás», estamos claramente advertidos.
La violencia que los estadistas ejercen sobre las palabras es un reflejo de la violencia que ejercen sobre los seres humanos y la naturaleza.
Parece que, para miles de personas, la campana está sonando ahora.
Para Juan, sonó hace mucho tiempo, cuando convirtió su corazón en una bomba de relojería, dispuesta a explotar contra cualquier injusticia.
Ahora que se acerca el momento de su condena, sentimos aún más el deseo de mostrarle nuestra solidaridad y cercanía.
Porque hemos conocido su valor y su ternura.
Porque así se hace, entre compañeros de un ideal.
Porque la persona que atacó el despacho de la Lega, sea quien sea, ha dado una aportación de humanidad en un mundo cada vez más inhumano.
Porque la vida es demasiado corta para no llenarla de sueños ardientes.
Anarquistas
FUENTE: INFERNO URBANO
TRADUCCIÓN: ANARQUÍA