Por la mañana del lunes 17 de agosto, la okupa Terra Incógnita se desaloja ¡TEMPORALMENTE! por las fuerzas represivas del neoliberalismo. Fuerzas ocupantes de la democracia invaden el edificio y durante horas realizan registros e incautaciones. Días después, la okupa sigue abierta mientras la policía celebra ¡TEMPORALMENTE! la capacidad de traspasar a cada rincón de nuestro territorio libre.
Por más de 16 años, la okupa Terra Incógnita ha sido un punto de encuentro e interacción de cientos de combatientes de la base social en lucha. A través de eventos constantes, intervenciones, manifestaciones y conflictos, estuvo presente en momentos de lucha contra la violencia del estado, contra los intereses de los monopolios capitalistas, contra el poder violador del fascismo y del patriarcado, contra toda discriminación y especismo. Dentro de los territorios y las estructuras autoorganizadas de autoeducación, solidaridad y asistencia mutua se encontraron y aún se encuentran todos los combatientes “desconocidos-conocidos” por la libertad. Se construyeron relaciones de liberación y sin dominación, planes y operaciones subversivas, sueños que día a día encontraron y encuentran sustancia moral y material. La okupa desde hace más de 16 años es carne de la carne de la lucha polifacética contra todo poder y opresión, sin priorizar y separar los medios que contribuyen a la dispersión de los proyectos libertarios y la organización del contraataque social y de clases. Porque para nosotros esto es liberación.
La okupa Terra Incógnita seguramente no lo es y ni queremos que sea considerada como el centro del universo del movimiento. Al fin y al cabo, tal lectura solo podría tomarse como egocéntrica y anti-compañera, ya que en la práctica anularía cualquier otro golpe represivo. Terra es también otra herramienta de lucha que a través de su estrategia contribuye a la difusión social de los proyectos anarquistas y la intensidad de la lucha opositora no mediada. Por eso pertenece socialmente, políticamente e históricamente en manos de todo el movimiento antiautoritario que desde hace décadas lucha por todos los medios contra la barbarie de la explotación. Pero si el gobierno y cada partidario aspirante de la legitimidad del régimen creen que este es nuestro fin, como okupa, como combatientes anarquistas y como parte combatiente de la sociedad en lucha, invierten en esperanzas ciegas.
Para nosotros, esta decisión es parte de la estrategia central de represión, dictada por los altos niveles de terrorismo de estado. El estado ha estado buscando (durante meses) el enfrentamiento directo con las fuerzas combatientes de la sociedad en lucha. Envía ultimátums, abusa y tortura en las calles, y en los penitenciarios, mata y ahoga a los/as inmigrantes en las fronteras terrestres y marítimas, apunta a cada uno y una individualmente con el dedo en el gatillo. Es nuestro momento de pasar al ataque directo. Respondemos a la guerra con la guerra. Respondemos con violencia al autoritarismo estatal y capitalista. Respondemos a la barbarie de la individualización colectivamente agudizando el enfrentamiento combatiente.
Llamamos a las fuerzas revolucionarias combatientes de todos los rincones de la Tierra a unir con nosotros sus palabras y hechos, convirtiendo este octubre en un mes de defensa y solidaridad con la okupa de Terra Incógnita y cualquier territorio ocupado amenazado por la represión. Gritemos todos juntos que las okupas no son muros muertos. Son los momentos vivos de ayer, hoy, siempre.
Sin emprender la retirada, sin sumisión: atacar, atacar, atacar…
okupa (ahora y para siempre) Terra Incógnita