«El Estado aterroriza, enturbia, se burla, desembarca, finge. Su omnipotencia es un mito. Nuestra ira nos fortalece, su alienación no nos toca, rompemos las ventanas del poder con piedras, las cadenas del sometimiento, con la llama de la rebeldía que arde en cada corazón de los oprimidos.
Nuestros ojos están abiertos, nuestros oídos captan cada sonido. Nuestro pensamiento es cristalino. Nuestra elección es una: La lucha violenta e incontrolada por la destrucción del Estado y del poder. Estamos furiosos, somos la revuelta, somos sus peores pesadillas».
Este texto fue escrito por Lambros Fountas y compartido con los compañeros tras su detención en la Politécnica en 1995.
En el marco de la Huelga de Hambre del 8 de enero de D.Koufocentina, en memoria de L. Fountas, al amanecer del miércoles 10 de marzo, un grupo de compañeros, acompañados con molotovs y botes de gas, se coordinan en dos puntos de una de las zonas más vigiladas de Patras, ¡en el aparcamiento al aire libre de la policía en la calle América! Hay decenas de sus vehículos, de todo tipo. En el momento del ataque de uno de los grupos, una patrulla que esperaba para prevenir un posible ataque intentó intervenir, pero recibió el ataque del segundo grupo. El resultado del ataque coordinado fue causar grandes daños a 8 vehículos y la patrulla, atemorizada en su zona, miraba las llamas.
En el particular periodo en el que nos encontramos, los estados han elegido como método el conocido confinamiento, que para nosotros no es más que una oportunidad para intensificar y redefinir aún más la vida sociopolítica. A través de una fuerte crisis política y económica, que se produce con la amenaza sanitaria, el poder de inventar e imponer nuevas técnicas de disciplina, control y miedo. Está en la criminalización de la vida fuera del Estado y de la ley, mientras hace todo lo posible para encajar nuestras vidas en 6 códigos. El Estado tiene mucho miedo a la organización, a la acción y al cuestionamiento desde abajo. No hay que olvidar que las fantásticas multas por cualquier incumplimiento de las medidas están en los umbrales del salario mínimo y se reparten desde los «protectores» de la salud con tanta facilidad en nombre de su supuesta democracia, que no es más que policías, cárceles, campos de concentración y terrorismo diario desde los informativos.
Los medios de comunicación financiados por el Estado, engrosados durante la pandemia, distorsionan la realidad, malinterpretando las noticias y los hechos. Además, se puede considerar propaganda fascista cuando sus periodistas hablan de un ataque asesino a un policía de Patras, al que se le permitió vivir, cuando al mismo tiempo, hay incidentes diarios de violencia (policial) y sólo por suerte, no tenemos muertos. Estos periodistas son los mismos que derraman lágrimas de cocodrilo por los muertos europeos de Covid, mientras que por los muertos en los campos de concentración, las fronteras, las cárceles, y por las víctimas cotidianas del capitalismo, no dicen ni media palabra, aunque ellos mismos «condenan la violencia venga de donde venga».
Al inspector de policía de Patras, Chitsika, que habló públicamente de una proclamación de guerra abierta, le decimos que esta guerra ha empezado hace años; es una guerra por la libertad contra un mundo de represión y poder. La policía no es más que un mecanismo de autodefensa de los ricos, los poderosos y de sus intereses; se les invita a ahogar la rabia popular, la posible rebelión – revolución. Además, se oponen a la única expresión de la violencia legítima, la de cualquiera que se alce por un mundo mejor.
Queremos romper el mito de que el atentado no es un caso de gente especial, súper entrenada y superior. Hay muchos métodos que pueden causar daño, revertir el miedo y devolver una parte de la violencia que aceptamos.
Enviamos una señal de solidaridad a todos los detenidos en los sucesos de N. Esmirna.
EL AIRE HA EMPEZADO A OLER A GASOLINA.
LA MARCHA DA LUGAR A LA REBELIÓN.
CÉLULA ANARQUISTA ‘LAMBROS FOUNTAS’
FUENTE: ATHENS INDYMEDIA
TRADUCCIÓN: ANARQUÍA