Por una vez no es el pudor burgués, contra el que lanzaríamos cócteles molotov y mierda a la primera oportunidad, sino el sentimiento humano de autodesprecio, que sólo sienten los que pueden mirarse a la cara, al que señalamos con el dedo, dirección en los espacios de la galaxia ya que, cada hora de nuestros días, vivimos con
muertos en el mar
muertes en las plazas
muertes en prisiones
muertes en el trabajo
muertes de covidas asesinadas por el patriarcado
lo que puede hacer el estado, y quienes aceptan su nefasta decisión, es dar años de cárcel a quienes, fieles a nada más que a sí mismos -proletarios/explotados- se oponen a la barbarie humana legalizada.
El silencio de los indiferentes genera el tráfico de armas -fabricadas cerca de nuestras casas- en defensa de un trabajo que permitirá esclavizarnos aún más, entre abonos y bienes de lujo ilusorios; contribuye a la explotación de millones de trabajadores relegadxs a los enlaces televisivos chillones; es cómplice del torturador que encarcela al rebelde.
Cobardía rampante frente a un enemigx cada vez más flagrante: cada lucha en un clic, un gráfico, una sentada.
Volver a entrar de cabeza en el realismo capitalista parece la única alternativa. A lxs que devastan y saquean, con impunidad pública y criminal, alguien se opone poniendo corazón, cuerpo, presente y futuro. La solidaridad de fachada no lleva a ninguna parte. Si crees en la lucha contra una existencia ávida de dinero e hipócrita de emociones, dirige la acción para un inesperado estallido de vida.
Recitó un manifiesto, «todo esto no sería posible sin tu voto».
Una aceptación silenciosa y generalizada permite crímenes y absurdos por parte de aquellxs en lxs que hemos delegado nuestras vidas: bombas en las plazas -sabemos quién es el responsable-, resignación. Muertes en la «urna de la civilización» mediterránea que corrompe pueblos, reprime a lxs que no sufren, arrasa continentes.
El Estado lleva a cabo la estrategia habitual: aislar a lxs que salen de la procesión de colores, pintarlxs de negro, de malo, de inhumano, con un maquillaje digital capitalista sorprendente. Quien se atreve a juzgar es el primero de lxs explotadores, el más feroz de lxs asesinxs, el primer accionista de toda devastación ambiental. Y «el humano» se queda mirando.
Abre bien los ojos: quienes devastan y saquean son el Estado y el capital.
El Estado es el asesino, no los que luchan contra él
Sábado, 8 de mayo, 17, Piazza San Lorenzo
Solidaridad con Beppe, Natasha y Robert
Compañerxs anarquistas acusadxs en la operación «Prometeo» de haber enviado sobres explosivos a dos fiscales (tristemente célebres por el ensañamiento contra cualquiera que se oponga al Estado y al capital) y al ex jefe del Departamento de Administración Penitenciaria, responsable de convertir las cárceles italianas en verdaderos lugares de tortura.
Spazio di documentazione “Il Grimaldello” Via della maddalena 81r
FUENTE: IL ROVESCIO
TRADUCCIÓN: ANARQUÍA