GÉNOVA, ITALIA: ATAQUE INCENDIARIO CONTRA UN AUTOMÓVIL DEL CUERPO CONSULAR TURCO (29/11/2019)


FUENTE: INSUSCETTIBILE DI RAVVEDIMENTO
TRADUCCIÓN: ANARQUÍA


Los militares en las calles de Génova, ¿a quién hacen la guerra?

No puedes entender la guerra a menos que la vivas con tus sentidos.

Ver cuerpos mutilados, respirar el olor acre de sangre o el azufre de las balas disparadas, el ruido de las bombas que derriban edificios o el retorcimiento del metal, es algo que la mayoría de nosotros, los occidentales nacidos después del segundo conflicto global, hemos logrado ver solo en TV.

No tenemos ni idea de lo que significa tener una guerra en casa.

En Génova, en el céntrico Castelletto, a primera hora de la tarde del 29 de noviembre [2019], mientras el Black Friday está en su apogeo, nos tomamos la molestia de quemar un automóvil, que pertenecía al cuerpo consular turco.

El rugido de los neumáticos, el olor a plástico quemado, las llamas, el humo; aquí, lo que los habitantes de esta ciudad rica han vivido durante unos minutos un porcentaje ridículo de lo que significa tener guerra en casa, excluyendo las atroces escenas de cuerpos desgarrados.

Las guerras que todos los estados, particularmente los más «desarrollados», perpetran con rigurosa constancia contra sus propias poblaciones y las de otros …

La guerra es la única forma en que un Estado tiene para afirmar e imponer su existencia en sus fronteras y fuera de ellas.

Esto sucede porque la guerra es el oxígeno del capitalismo.

Sin guerra, el capitalismo moriría.

Los Estados con sus propios ejércitos deben ocupar y desestabilizar los territorios para poder saquear los recursos, deben aterrorizar a las poblaciones, de lo contrario no tendrían nuevos explotados para sus propios intereses…

Depende de nosotros los anarquistas cerrar la cuenta abierta con aquellos que un día decidieron que algunos con fuerza y arrogancia podrían subyugar a otros.

Debemos ser una espina constante del opresor, debemos ser los que dicten los tiempos del ataque y no arrojarnos solo cuando el rayo de la represión caiga aquí o allá en el mundo.

Con tenacidad y la organización de pequeños grupos informales, desde una espina podemos convertirnos en una daga y hundir la cuchilla hasta el fondo.

La solidaridad con todos esos prisioneros anarquistas en el mundo que enfrentan encarcelamiento con sus cabezas en alto sin considerar a los jueces y fiscales como posibles interlocutores.

¡MUERTE AL OPRESOR!
¡VIVA LA ANARQUÍA!

CÉLULA ANARQUISTA LORENZO ORSETTI