La tradicional protesta transcurrió con cierta normalidad aunque no pudo cumplir su cometido de terminar frente al Centro de Internamiento de Extranjeros al ser bloqueada sobre la Avenida de los Poblados, a unos 200 metros del final del recorrido.
Como cada año para estas fechas, grupos anarquistas realizaron la marcha que nace en el barrio de Usera, recorre varios barrios del cinturón sur de Madrid y finaliza en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche. En esta oportunidad, el bajo el lema “Que lxs presxs salgan, que los CIE ardan”.
La acción reivindicativa, que al parecer no estaba comunicada a Delegación de Gobierno, transcurrió sin mayores altercados más allá de la identificación de algunos asistentes, tanto en el punto de salida, como a unos 200 metros del punto de llegada, sobre la Avenida de los Poblados, donde un cordón de una veintena de antidisturbios interceptó el avance de la columna y no le permitió llegar hasta el CIE, lugar previsto para finalizar la manifestación. En consecuencia, la lectura del comunicado no pudo se oída por las personas que están encerradas tras los muros del Centro.
En su comunicado, los colectivos anarquistas denuncian que “bajo el marco de la Ley, instrumento del poder, deciden que haya personas que sean ilegales y no merezcan vivir en un territorio u otro, cuando han sido expulsadas o han sentido la necesidad de huir de su tierra natal a consecuencia de guerras o conflictos entre países por intereses políticos o económicos”.
Una particularidad destacada por varias de las personas que se manifestaron, fue que salvo algunos tramos muy concretos, la columna se vio obligada a hacer el recorrido por las aceras, mientras por la calle, cortando el tráfico, caminaban las unidades policiales. “Ya que vas a cortar la calle, deja que sea la gente la que vaya por ahí y no apiñada en la acera”, reflexionaba un vecino del barrio de Aluche que se sumó al último tramo de la manifestación.
“Son leyes que encierran y expulsan y matan personas. Este año ha sido distinto a cualquier otro y a causa de la pandemia se declaró el Estado de alarma, las restricciones de movilidad y el cierre de fronteras, y los CIE se vaciaron y cerraron durante 142 días. Pero hay algo que este gobierno de izquierdas no paralizó, las deportaciones que siguieron produciéndose con las fronteras cerradas. Haciendo que se vulneraran aún más los derechos de las personas migrantes, dificultando la atención sanitaria de abogados, de traductores o las solicitudes de protección internacional”, acusaron.
Por último, expresaron su apoyo “a las personas encerradas, de las que luchan día a día, de las que inician huelgas de hambre o motines para denunciar lo que viven y sufren” y rechazaron “a Estados y políticos porque da igual su ideología, siempre tendrán leyes para degradar, doblega y proteger intereses a costa de otras personas”.
FUENTE: EL SALTO