ESPAÑA: FRENTE A SU REPRESIÓN A EXTENDER LAS LUCHAS

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Jornadas sobre el antiterrorismo como forma de gobierno y control social

…”Toda persona hacia la cual existan serias razones de pensar que su cumportamiento constituye una amenaza para el orden público y la seguridad …”
[declaraciones en el estado de excepción en Francia]

En la actualidad se recurre al estado de emergencia como forma de establecer un estado de excepción permanente, con todas sus particularidades, que afectan a las libertades individuales y sociales que quedan supeditadas a él.
Ya en su momento fue el dispositivo mediante el cual los poderes totalitarios se instalaron en Europa. En los años que precedieron a la toma del poder por Hitler, los gobiernos socialdemócratas habían recurrido a menudo al estado de emergencia (estado de excepción) que se había establecido como el estado habitual. Y es que cuando se hace referencia a los crímenes que pudieron cometerse “impunemente” en Alemania por los nazis, se pasa por alto que estos actos eran perfectamente legales, porque el país estaba sometido al estado de excepción y las libertades individuales estaban suspendidas.

Un escenario semejante podría repetirse en Francia, un país que hasta el momento vive un estado de emergencia prolongado, con todas las particularidades que ello conlleva, y que afectan entre otros aspectos, a las libertades individuales, a cambios en las gestiones judiciales, mayor estado policial… que nos da a entender como están evolucionando las democracias occidentales hacia algo que hay que llamar, ya mismo, Estado de seguridad.

La palabra seguridad ha entrado tanto en el discurso político de los estados democráticos que se puede decir que la referencia a “razones de seguridad” que se hace en la actualidad para justificar todo tipo de medidas represivas y de control social, así como la aceptación en la población, han tomado el lugar de aquello que en otra época se mencionaba como “razón de Estado”. Afianzando la ficción de que el gobierno estaría ahí para protegerlos de tantas amenazas, o para infundir una cierta conmoción, un cierto estado de terror y de parálisis oportuna en la población.

El antiterrorismo no sólo se centra en aquellos y aquellas a l@s que se abate, sino que su objetivo es también la población en general. La frase “castigar a un@ para aleccionar a cien” cobra más que nunca sentido.

El terrorismo más que una categoría jurídica como tal, es una categoría política. Es la traducción imposible, en el lenguaje del derecho, de la categoría política de enemigo. Terrorista es aquel que ha sido declarado como tal por el soberano.

El Terrorista no es principalmente acusado de haber perpetrado o preparado una acción, simplemente de haber esparcido el terror, por su sola existencia. El miedo nos prepara para aceptarlo todo, por ejemplo, el control social mediante la tecnología que se extiende a toda la población, que se mantiene permanentemente independientemente de las operaciones represivas. Y esta extensión del control social o forma de gobierno está sucediendo a nivel internacional, implantándose a nivel local.

El terrorismo es hoy un elemento estable en la política gubernamental de los Estados, del cual no podrían prescindir. Para analizar y comprender el antiterrorismo como forma de gobierno hoy en día, es necesario analizarlo en todas sus formas, ya sea como método de control social a la población, así como el antiterrorismo extrajudicial de la política exterior de los países y los grupos armados que crean o financian para generar conflictos por intereses económicos y de dominación, o los grupos paramilitares del terrorismo de estado utilizados en momentos de convulsiones sociales, así como el antiterrorismo como método de ataque a las disidencias…