“Todas las balas se van a devolver” resuena en las calles de Chile. Un territorio que ha estallado ante la miseria y las desigualdades sociales. Mientras tanto, su gobierno preside la cumbre de la que se supone que debemos esperar el cambio definitivo para frenar la devastación.
Los dueños del mundo que han permitido, gestionado y sacado partido a el capitalismo global, son los que ahora nos prometen la salvación. Mientras tanto, la gente espera. Llevamos años, algunas toda una vida, esperando. Pero el cambio no va a llegar si seguimos esperando que nos lo concedan los mismos que nos pisotean.
Porque creemos que solo la acción directa puede provocar cambios, porque queremos tomar el futuro en nuestras propias manos; realizamos este llamamiento de carácter activo y ofensivo, este llamamiento a atacar y a tomar el camino de la acción. La indignación nunca fue suficiente. Las mismas empresas que patrocinan la COP25, los mismos representantes políticos que participan en ella, son los culpables. Nuestro futuro depende de que seamos capaces de plantarles cara.
Para que nos entendamos. Una huelga salvaje que paralice la industria y la circulación de mercancías de todo un país es mil veces más ecológica que cualquier coche que es cambiado por una bicicleta, e indudablemente mucho más que todas sus flotas de coches eléctricos de alquiler y demás parafernalia de capitalismo reinventado. Parar la producción, parar las emisiones, parar la destrucción; está en nuestras manos. Porque somos los engranajes del sistema capitalista.
Por eso llamamos a actuar a cada persona que sienta la necesidad de hacer algo frente a la destrucción de la Tierra. Participaremos en la manifestación con este mensaje y con este carácter, porque queremos hacer todo lo que esté en nuestra mano para que nadie se olvide de esta cumbre climática. “Que no puedan decir que no hicimos nada”.
Nos vemos el 6 de diciembre, a las 18:00h en Atocha.
GUERRA A QUIEN DESTRUYE LA TIERRA.