Nota de Instinto Salvaje: Hemos tomado este texto desde lxs compañerxs de Voz Como Arma. Pensamos que este tema es fundamental en la lucha por la destrucción de toda forma de autoridad. No podemos comprender o ser vista ciega frente a los discursos de una lucha historica por la libertad y la anarquía, pero que finalmente defienda y promuevan los derechos de individualidades que lucran con la tortura, la violación, el genocidio y la construcción de una autoridad, La Humana. Porque entendemos que la anarquía es la liberación total y no defenderá nunca el especismo y mucho menos algún tipo de autoridad.
Recientemente supimos del conflicto que el sindicato CNT mantiene contra la cooperativa de productos cárnicos Servicarne, iniciado a raíz de que tres trabajadorxs de la cooperativa fuesen apartadxs de su puesto de trabajo en Valencia y trasladadxs a Ourense debido a la represión de la empresa por su filiación y actividad sindical. Nos enteramos a raíz de las movilizaciones que la decrépita CNT llevó a cabo contra la empresa en la planta de Ourense.
Este hecho no nos sorprende, ya que estamos bien acostumbradas a ver cómo en la CNT se reproducen de forma hilarante y vergonzosa las dinámicas especistas. Desde la filiación de matarifes y de otrxs explotadorxs de animales hasta la difusión de recetas de cocina en su periódico en las que se alentaba al uso de productos de origen animal, pasando por su logo (del que parecen sentirse orgullosxs y que muestra a un hombre estrangulando a un león, representando en el león a los explotadores de las patronales, cuando realmente el único explotador por excelencia en este planeta es el ser humano, contra el resto de animales, contra la tierra y la naturaleza y contra su propia especie) el especismo de esta (y de otras) organizaciones que se dicen anarquistas (o anarcosindicalistas) no es ninguna novedad, como tampoco lo es la participación activa de este sindicato en huelgas y conflictos laborales abiertos contra empresas de explotación animal, no porque busquen el fin de esa relación de dominación especista, sino exclusivamente en defensa de lxs empleadxs humanxs, en muchos casos personas cuyo “trabajo” consiste en asesinar animales y/o procesar sus restos después de muertos. En el 2008 la CNT gaditana participaba también de las movilizaciones en Chiclana contra la empresa Rafael Olías Fernández (proveedora de las carnicerías de los supermercados DIA en Cádiz).
De hecho, uno de los eslóganes empleados en el llamamiento de CNT a esa huelga de 24 horas y que copiamos textualmente en castellano para no alterar en absoluto la frase era “¡Estas navidades no hay jamón!” como se puede comprobar en su web (click aquí), mostrando que la muerte de miles de cerdos para ser transformados en jamones y filetes les parecía motivo de broma (y este eslógan, obviamente, no va porque en la CNT decidiesen tomarse en serio las ideas antiespecistas, sino porque lxs que viven de acuchillar, descuartizar y procesar los cuerpos de los animales esclavizados habían decidido hacer una huelga de 24 horas).
Más allá, nos gustaría aprovechar estos hechos para reflexionar sobre lo que para nosotrxs supone todo esto.
Cuando hablamos de la necesidad de una relación entre las luchas contra la esclavitud asalariada del capitalismo y las luchas contra el especismo, a menudo nos encontramos con risas, burlas y otras reacciones inapropiadas y ofensivas que pretenden ridiculizar nuestras posturas. Sin embargo, fueron varias las anarquistas que, con el tiempo, supieron identificar como nosotrxs esas intersecciones y readaptaron su discurso para incluir en el análisis a lxs animales no-humanxs como sujetos explotados y esclavizados que merecen recibir consideración y que lxs tengamos en cuenta a la hora de enfrentarnos a este sistema. Ya sin entrar a analizar o revisar experiencias de lucha clandestina contra el especismo como el Frente de Liberación Animal y otras que estuvieron y siguen estando fuertemente influenciadas por las ideas anarquistas en torno a la liberación total, y por prácticas de acción directa como el sabotaje o la organización informal, podemos centrarnos en la teoría y mencionar ensayos de lectura muy aconsejada desde nuestro punto de vista como “Los animales son parte de la clase trabajadora” de Jason Hribal (editado en castellano por Ochodoscuatro Ediciones de Madrid y disponible para su consulta y/o descarga gratuita aquí) o “Por encima de su cadáver: La economía política de los derechos animales” de Bob Torres (también editado en castellano por Ochodoscuatro Ediciones y disponible para su consulta y descarga gratuita aquí) que demostraron esos nexos y perfilaron nuevas propuestas para comprender el conflicto desde una óptica antidominadora en la que de verdad podamos decir que defendemos la libertad y el fin de toda explotación “sin tener un cadáver en la boca” como diría Raoul Vaneigem (y en este caso, la expresión no podría tener más sentido).
Partiendo de esta base, nos cuesta comprender por qué la CNT continúa manteniendo una postura tan descaradamente especista, y lo más importante, nos preguntamos cómo puede ser que todavía existan personas veganas que respalden a esta organización o incluso militen en ella.
Uno de los argumentos empleados con más frecuencia para justificarse es que las personas que trabajan en esas empresas no dejan de ser trabajadoras explotadas que sufen una serie de abusos laborales y merecen por lo tanto apoyo y solidaridad. No obstante, si el justificante es la condición de asalariadas o de trabajadoras que se ven forzadas a desempeñar una función (por cruel que sea para otrxs) para obtener dinero con el que vivir porque, simplemente, es su trabajo, ¿en la CNT aceptarían y defenderían, por ejemplo, a un sicario que se gana la vida asesinando a otros seres humanos por encargo? Para nosotrxs es exactamente igual. La condición de asalariadas no lo justifica todo. Os recordamos que policías y funcionarios de prisiones también reciben un salario por su trabajo; de hecho, hasta los guardias que vigilaban los campos de concentración y exterminio nazis en la 2ª G. M. recibían un sueldo por gasear, disparar, ahorcar o esclavizar hasta el último aliento a miles de personas, y eso no justifica ni hace menos condenables sus actos).
También se suele recurrir al argumento de las luchas “prioritarias”, por el cual aquellas que repercuten negativamente sobre los seres humanos siempre estarían por delante de cualquier preocupación por los padecimientos de individuxs de otras especies. Para nosotrxs no existen tales prioridades, y aunque somos conscientes de que cada momento histórico presenta unas condiciones y por tanto un orden de cosas completamente diferente, tenemos claro que del mismo modo que no priorizaríamos la condición de trabajador explotado de un violador o de un asesino racista a la hora de decidir si damos o no la cara por él, tampoco pensamos que tengamos que obviar la condición de asesino especista, por ejemplo, de un carnicero, de un ganadero o de un matarife, a la hora de movilizarnos para solidarizar con él. Entendemos como fundamental laINTERSECCIONALIDAD, es decir, la comprensión de la dominación como algo global, encontrando y señalando los lazos que conectan las distintas opresiones, y que hacen de la dominación un Todo que debe ser entendido, cuestionado y combatido como una totalidad, y nunca de manera parcial o fragmentario. Por esto, para nosotrxs, decir que la lucha contra la explotación laboral de lxs trabajadorxs de Servicarne (o cualquier otra empresa especista) es más importante que luchar por el fin de los prejuicios y de la cultura especista es igual que decir que la lucha contra la explotación laboral es más importante que la lucha contra el patriarcado y su normatividad o contra el racismo. No entendemos unas opresiones por encima de otras; por el contrario, sabemos que cada opresión se encuentra a un nivel distinto y debe ser analizada por separado, pero sin perder de vista la perspectiva global, por la cual nuestro objetivo no es un mundo con menos opresiones, sino un mundo sin autoridad, sin jaulas, sin amos ni esclavas de ningún tipo, donde todas podamos tener la oportunidad de disfrutar de nuestras vidas y de construir nuestras propias condiciones de existencia libremente y sin ataduras ni barreras culturales, morales, sociales, territoriales o jerárquicas. Porque amamos la libertad, y odiamos a quien nos la quita, pero también a quien se la quita a otrxs individuxs que, como nosotrxs, no desean ser explotadxs.
La CNT, por lo menos en algunos puntos de la geografía ibérica incluída Galiza, ofrecían “opción vegana” en sus comidas, algo que luego esgrimían a modo de escudo con el que justificar su especismo. Personalmente, nunca me gustaron estas “opciones veganas” porque me parecen asquerosamente condescendientes, ya que mientras perpetúan el especismo pretenden contentarnos con una “opción vegana” que como una palmadita en la espalda, nos invita a quedarnos calladitas mientras a nuestro lado el festín cárnico continúa sin trabas.
Me gustaría citar, ya para ir acabando, unos párrafos de un texto que también habla sobre este mismo tema que estamos tratando pero que apareció publicado años atrás en el fanzine “Insurrección Animal” (el hecho de que años después nosotrxs estemos escribiendo esto y que lxs argumentos de entonces conserven plena vigencia rebate el argumento, también habitual entre lxs ambiguxs simpatizantes de la CNT, de que la organización “va creciendo y actualizándose poco a poco” y que hay que “darles tiempo” para que incorporen las causas antiespecistas a su día a día).
“La CNT ofrece una opción vegana en sus comidas” comentan algunxs para rebatir las afirmaciones de que la CNT es especista. Esta “defensa” es, en sí misma, especista. ¿Qué pensaríamos si una organización a la que se acusa de ser racista se defendiese diciendo “cuando nos reunimos para una fiesta, si alguien no quiere participar en las palizas a inmigrantes permitimos que no les pegue”?
No se trata de que la CNT – ni ninguna otra organización – ofrezca una opción vegana. Se trata de que ni se planteen la posibilidad de explotar animales para celebrar una fiesta. Debe entenderse, de una vez, que los demás animales no son comida. Los animales son individuos capaces de sufrir y disfrutar de sus vidas, al igual que cualquier humano, y como tales deben ser respetados. Además, deben ser respetados con la misma intensidad con la que respetamos a cualquier humano. Espero que nadie haga la demagogia cutre de afirmar que quienes defendemos la liberación animal luchamos porque los animales no-humanos sean tratados igual que los humanos. Respetar por igual no significa tratar igual, a cada individux debe tratársele en función de sus características y necesidades. No es cuestión de ofrecer distintas opciones para demostrar que los organizadores (me da igual que sea la CNT o quien sea) son personas de mentalidad abierta y tolerante. Aunque sea algo socialmente aceptado hablar de tolerancia, la tolerancia no es algo siempre positivo. Hay cosas que son intolerables, una de ellas es explotar individuxs. No importa si son mujeres, homosexuales, terneros o inmigrantes argentinos.”
Quien esto escribe lleva tiempo distanciado de la CNT y mi afinidad con esta organización, con sus propósitos, métodos, recorrido y prioridades es a día de hoy realmente escasa. Sin embargo, este escrito pretende ser un “toque de atención” sobre la necesidad que el anarcosindicalismo tiene de adoptar una perspectiva interseccional y de revisar sus propios planteamientos, a no ser que preetendan continuar como en el ’36, cuando colectivizaban mataderos.
Unas individualidades antiespecistas galegas.
Fuente: Voz Como Arma