Escribimos a principios de febrero en este blog que las maniobras de la Confindustria y de los americanos, de Renzi, del «Sole 24 Ore» y de la «República-de-los-Agnelli» para desbancar a «Giuseppi» después de años de servicios deshonrosos (piénsese, sobre todo, en la mancha roja de sangre de la masacre de las cárceles de marzo de 2020) eran funcionales a ese gobierno de Unidad Nacional que, en el horizonte de la restauración del orden mundial liberal, suspendido temporalmente la guerra intestina entre liberalistas y soberanistas, prepararía «nuestro exterminio»: como «individuxs refractarixs» y como «clase peligrosa».
En concreto, concluimos:
«No podemos encontrarnos desprevenidxs una vez más. El proyecto de lxs poderosxs es muy claro. Ellxs son lxs que hacen la carga. Buscan un impacto violento contra nuestras carcasas y por eso han cambiado de timonel. Deben romper sus hocicos».
Parece que ha llegado el momento del impacto. Un impacto que nos afecta, precisamente, como individuxs refractarixs: pensemos en la lluvia de peticiones de vigilancia especial que está golpeando de forma torrencial al movimiento anarquista. No es que la represión contra nosotrxs haya faltado nunca, pero a diferencia de las investigaciones de la judicatura, ROS, Digos, Antimafia, en fin, el Estado de la represión nacional, de la llamada «independencia» de la judicatura respecto a la política, las de la vigilancia especial, al ser medidas policiales, están ciertamente influenciadas por lxs ministrxs de turno y por la línea política general de un ejecutivo de guerra.
Un impacto que nos afecta, además, decíamos, como clase peligrosa. Los acontecimientos de estos meses en el frente logístico son muy preocupantes. Enumeramos, a modo de sugerencia, sólo una parte muy pequeña de ellos:
- El 1 de febrero, la policía de Piacenza cargó contra un piquete frente a TNT/Fedex. El pretexto es que a las 22:00 hay toque de queda y por tanto no se puede manifestar. Lxs trabajadores lanzaron piedras a lxs policías, el piquete se prolongó hasta el final, hasta el punto de que lxs infames miembros de la CGIL local llegaron a organizar manifestaciones frente a la jefatura de policía para pedir que les dejaran trabajar, ya que la parte violenta de lxs trabajadores no se lo permitía. Lxs dirigentes del sindicato del régimen se presentaron para afirmar que habían hablado con TNT/Fedex y les aseguraron que el centro local no se cerraría.
- Infames que no tardan en satisfacerse: el 10 de marzo se pone en marcha una operación represiva con treinta sospechosxs, dos detenciones, cinco prohibiciones de residencia, seis avisos de revocación de permisos de residencia (si eres inmigrante y haces huelga, ¡te vuelves a casa!), 13.200 euros de multa. Operación de claridad plástica en tiempos de Unidad Nacional: los decretos Speranza (represión sanitaria, toque de queda) y los decretos Salvini (deportación para lxs extranjerxs que hagan huelga) Unidos por la Nación, en guerra contra lxs explotadxs. Fedex aprovecha el golpe para cerrar el polo de Piacenza, desafiando las seguridades sobre lo que sólo unos días antes sus servidores en la CGIL prometían que era imposible.
- Esto provocó huelgas en toda Italia, y los sitios de TNT/Fedex fueron bloqueados durante tres meses. Pero también hubo una represión muy violenta, llevada a cabo a todos los niveles. Si utilizáramos el mismo razonamiento que mueve las teorías de los fiscales contra nosotrxs, deberíamos decir que hay una dirección obvia, un comité ejecutivo detrás de la polifacética acción policial (las cargas, las órdenes de abandonar Milán para lxs que participan en los bloqueos) y los escuadrones de golpeadores profesionales (ataques con varas, palos, spray de pimienta, pistolas taser) de SKP en Milán, la agencia de guardaespaldas e investigaciones privadas utilizada cada vez más a menudo por lxs jefes de logística para golpear a lxs huelguistas.
Pero la violencia va mucho más allá de Fedex y de la misma logística. En Prato, lxs trabajadores del sector textil en huelga contra las condiciones de esclavitud que les impone la mafia china que produce materias primas para las multinacionales de la moda, son repetidamente agredidxs, tapiadxs, disparadxs, atropelladxs… y de nuevo (¿la misma dirección? ¿el mismo comité ejecutivo?) cargados por la policía. - Finalmente, el viernes 18 de junio, frente a las puertas del almacén de LIDL de Biandrate, en la provincia de Novara, tres trabajadores son atropelladxs, en un intento de bloquear la salida de la mercancía, por un camionero que quiere romper la barrera. Adil Belakhdim, de 37 años, sindicalista y representante en Novara de SI Cobas, muere en el impacto.
Una lista decididamente corta comparada con la amplitud del fenómeno policiaco-mafioso, pero que da, al menos en parte, la idea del nivel de violencia con el que el nuevo «gobierno de las inversiones» intenta exterminarnos.
El llamado «reinicio» se juega en nuestra piel. Draghi ha sido claro: desbloquear lxs despidxs, licitar al precio más bajo, renovar la lealtad a la OTAN después de que BauBau Trump haya sido finalmente expulsado y Biden y Harris estén «normalizando» a EEUU. Incidentes como la masacre de Stresa indican claramente que la máquina no puede detenerse, sino que bloqueamos los frenos, la máquina del reinicio no se detendrá… más bien nos atropellará.
Dijimos hace tres meses, sin que se nos escuchara, que el impacto se acercaba y que no debíamos estar desprevenidxs una vez más. El impacto ha llegado, pero aún no estamos preparadxs. Sin preparación, de nuevo, tanto en el terreno de la represión, que nos afecta como individuxs refractarixs, como en el terreno de la clase. No hemos sido capaces de encontrar, ni siquiera de fantasear, herramientas capaces de sabotear los dispositivos policiales que nos afectan. Y no somos capaces de pensar en nuestra autodefensa ante las continuas agresiones armadas de la patronal.
Esta degeneración, por otra parte, era francamente previsible. Ya en los primeros meses de 2019, en el número 3 de «Vetriolo», dentro de las llamadas «12 hipótesis», en la hipótesis XII se podía leer:
«Las agresiones a lxs sindicalistas, incluso su asesinato, como ocurrió este verano en Calabria, se repiten ahora a un ritmo creciente. La misma ley de autodefensa, más allá de bromas simpáticas (como: cuidado con lxs policías al entrar en casa), es precisamente la expresión de un Estado que, viendo crecer la pobreza y la desesperación, autoriza a lxs propietarixs a defenderse con armas. Podríamos decir: esto no es fascismo, sino pistolerxs. Contra lxs pistolerxs españoles la CNT organizó los Comités de Defensa y la FAI los grupos de afinidad. Son experiencias que recuerdan la necesidad de organizar formas de autodefensa y ataque».
Concluyendo que en estos largos tiempos, en esta travesía en el desierto, junto a la propaganda con el hecho real, se necesitaban también herramientas más inmediatas «de autodefensa y represalia». La referencia a los Comités de Defensa de la CNT en Barcelona no es una mera referencia romántica. La muerte de Adil, las continuas agresiones unidas de las brigadas y la policía, están ahí para demostrarlo.
Basta de tonterías. Desinflemos las ruedas de la inversión gubernamental.
Sansone