Desde hace más de tres meses, en Venezuela se están desarrollando protestas masivas contra el gobierno socialista de Nicolás Maduro.
Más de cien muertxs, centenares de manifestantes detenidxs y torturadxs a manos de la policía venezolana es el saldo actual de la agitación callejera que ha copado la agenda política en la región Latinoamericana, y más allá incluso.
El conflicto social agudizado en Venezuela tiene una serie de aristas interesantes de abordar para quienes nos interesa propagar las hostilidades contra toda forma de gobierno y de poder. Entre ellas, podemos encontrar al menos dos variables:
1-La hipocresía de los Estados democráticos que a través de la Organización de Estado Americanos presionan para intervenir Venezuela ante “las graves violaciones a las libertades de las personas” por parte del gobierno. Como si en sus propios territorios, Estados como los de EEUU, México, Colombia y Chile hubiese libertad y respeto a lo que en el lenguaje del poder llaman “derechos humanos”.
2-La campaña de la izquierda internacional que, en apoyo al gobierno de Nicolás Maduro, cataloga a lxs manifestantes como simples títeres o agentes que le hacen el juego a los intereses de la oposición, principalmente derechista, agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Ambos discursos interactúan en el conflicto intentando modelar la opinión sobre lo que ocurre en Venezuela, dentro y fuera de las fronteras del país.
Para nosotrxs, lo que nos parece importante es tender una mano de solidaridad, aunque sea desde la distancia, con aquellxs compañerxs anárquicxs/antiautoritarxs que están tomando parte en el combate callejero contra el gobierno.
Codo a codo con miles de jóvenes alzadxs, compañerxs anárquicxs han decidido no ser espectadores de lo que sucede frente a sus ojos y pasar a la acción ofensiva contra la policía, sus cuarteles y todo lo que huela a gobierno y represión.
Es un hecho que la revuelta en curso no tiene una notoria proyección anti-estatal. También es verdad que en la calle hay una diversidad de posicionamientos y discursos. Pero también es un hecho concreto, como compañerxs anárqucos lo han señalado desde Venezuela, que gran parte de la juventud y de las personas que salen a arrojar bombas molotovs a la policía, que quema cuarteles y edificios de gobierno, no forman ni les interesa aformar parte de la Mesa de Unidad Democrática ni de la oposición política oficial derechista.
Se trata de una rebelión que se ha prologado por más de tres meses cuya “conducción” no puede ser atribuida a la derecha, tratándose más bien de voluntades diversas, en muchos casos jóvenes sin partido alguno.
Nosotrxs nos conectamos dentro con aquellxs que desde la autonomía y al calor de las barricadas y los cócteles molotov van propagando ideas anti-estatales/anti-autoritarias en la coyuntura específica de lucha contra el gobierno de turno.
En el territorio devastado por el Estado Chileno, compañerxs anárquicxs hemos participado a lo largo de las décadas recientes en manifestaciones masivas de movimientos sociales con los que no tenemos mayores afinidades, siempre con el objetivo de buscar y generar posibilidades para atacar a la policía y propagar la destrucción de la infraestructura urbana del capital y el poder.
En nuestra experiencia, sabemos que en la lucha callejera no siempre tenemos al lado a personas completamente afines, pero sí tenemos claro quiénes son nuestrxs hermanxs y cómplices con quienes compartimos objetivos en común desbordando los límites de las protestas que buscan cambiar una ley por otra, un gobierno por otro, un tipo de Estado por otro, etc.
Con propaganda, con organización, con fuego y gasolina, la libertad va abriéndose paso en nuestras vidas. No hay otra forma.
Como anárquicxs antisociales no nos interesa saludar al “pueblo” o a “lxs pobres” de Venezuela. Nuestra fraternidad y solidaridad está con lxs anárquicxs y lxs rebeldes autónomos alzadxs en la rebelión de Venezuela, quienes a pesar de los asesinatos, de los encarcelamientos y las torturas del gobiernos socialista, continúan luchando e incendiando la realidad con frente en alto y fuego en las calles.
¡NI IZQUIERDA DE DERECHA!
¡NI DEMOCRACIA NI DICTADURA!
¡CONTRA TODOS LOS GOBIERNOS!
¡PROCURA QUE VIVA LA ANARQUÍA!