¡CON LA RABIA Y LA MEMORIA INTACTA!
A 1 UN AÑO DE LA DESAPARICIÓN Y ASESINATO DEL COMPAÑERO
ANÁRQUICO SANTIAGO MALDONADO.
A MANOS DE LA POLICÍA ARGENTINA.
El verano del 1 de agosto de 2017 en la provincia del Chubut, Wallmapu (sur argentino) en marco de cortes de carretera y en enfrentamientos con la gendarmería nacional – policía militar – es allanada en una arremetida brutal el pu lof de resistencia Mapuche de Cushamen, comunidad en conflicto contra el estado argentino y la poderosa empresa italiana Benetton dueña de la gran parte de la zona sur del país. En el allanamiento es detenido el compañero anarquista Santiago Maldonado “El Brujo” que se encontraba solidarizando con la lucha de la comunidad, afrontando la represión. Pasadas las horas se irían conociendo detalles del asalto policial, pero de Santiago no habría rastro alguno, el compañero esta desaparecido en manos del enemigo. Transcurrirán los días y la tensión se acrecienta a la par se van conociendo nuevas pruebas y antecedentes sobre las temidas sospechas del aniquilamiento de Santiago por parte de gendarmería. Se desarrollarían masivas manifestaciones en Buenos Aires y otras ciudades exigiendo la aparición con vida del “Brujo”, que pronto desbordarían en un clima de revuelta y violentos enfrentamientos generalizados contra las fuerzas del orden en varias ciudades del territorio durante días. El 17 de octubre los medios de incomunicación del poder darían cuenta sobre la dolorosa certeza que siempre peso en nuestros corazones, el cuerpo de Santiago es encontrado sin vida flotando en el río Chubut cientos de metros río arriba en dudoso estado, el cual fue plantado días antes de anunciar el “hallazgo”, según informes forenses que se contrapondrían a informes viciados de otros peritos forenses y criminalísticos en que obvio y desvió información sobre el asesinato del compa por parte de los esbirros policiacos.
Desde la desaparición y posterior muerte del compañero, individualidades y grupos anti-autoritarios se arrojaron a la calle y a la noche agitando y propagando desde la acción la memoria anárquica de Santiago, desde los enfrentamientos callejeros contra los pacos a los ataques organizados contra edificios gubernamentales y cuarteles policiales, posicionando fuerte y claro en el tablero politiquero de partidos, sindicatos, ONG’S, el Kirchnerismo, Cambiemos y la ciudadanía, ¡ES ANARQUISTA!, que no era un simple mochilero, tatuador, joven, obrero, estudiante y pacífico ciudadano argentino víctima inconsciente de las circunstancias como indignamente buscaron mostrar a Santiago ocultando su identidad anárquica. Por que el compa SI se encapuchaba y combatía contra la policía, por que SI rapeaba contra la iglesia, el estado y la sociedad, el compa solidarizó con presos anárquicos, apoyó luchas desde barricadas en Chile y Uruguay. Para nosotros su presencia aquel día en el Pu Lof de Cushamen estaba guiado por la misma brújula, la de la búsqueda incesante de la libertad y su inquietud revoltosa por solidarizar. Alguien así no puede carecer de una determinación y convicción individual y junto con ello la conciencia de los riesgos de llevarlas a la práctica. Ya es 1 año sin Santiago y de ese brumoso verano de agosto. La memoria sigue intacta y la rabia indeformable, no sólo por Santiago, nunca hemos de olvidar que fue la policía quien desapareció a un compañero, debemos sentir esa rabia siempre apretada en el pecho, por que la memoria sin sentir a los que ya han partido, arriesga a secarse en el paso del tiempo y olvido.
Desapareciendo a Santiago, pero quien muere en el combate a la dominación, volverá a aparecer siempre en la mochila de las conspiraciones de quienes le cargan consigo en el corazón, recordándoles cada día de las mejores maneras… continuando en la lucha, por que finalmente allí es donde jamás se irán y jamas desaparecerán. Hagamos de nuestros compas un nuevo plan de ataque, una nueva salida a medianoche, una discusión, un motivo para el encuentro entre afines de todo el mundo. Hagamos la memoria de Santiago Maldonado… la amenaza que jamas desaparecio.
“La única cosa que me da miedo es el tiempo… en detrimento de la memoria que se parece a una segunda muerte para aquellos que se han ido… El tiempo es un amigo de la muerte… A menos que detengamos las manecillas del reloj y llenemos nuestras jornadas con días como que los que se han ido soñaban… y la muerte no tendrá poder y nuestros muertos vivirán en nuestros corazones”.