«La tortura nos imponía su lenguaje y terminamos apretándonos las clavijas unxs a otrxs»
Una dura batalla por los recuerdos. Margrit Schiller.
A pesar de que el poder busque vernos sometidos y derrotadxs, la reflexión y la crítica es algo que no nos pueden arrebatar, por más castigos ejemplificadores u órdenes de busca y captura que utilicen contra quienes osan enfrentarse este sistema de dominación. Aunque cada experiencia es única, intercambiar y discutir las vivencias tras las rejas puede ayudar a otrxs compañerxs a contar con mejores herramientas que las que yo tuve al llegar aquí.
Aterrizar en prisión es un proceso muy difícil cuando no manejas conocimiento real y previo a lo que te enfrentas. Llegar solo a un patio sin conocer a nadie, dificulta aún más el proceso. Los presos bandidos tienen construido un esquema bien definido de “cómo debe funcionar la cárcel”, faltar a sus códigos por no entenderlos o por no conocerlos puede agravar aún más el estar dentro de los muros.
La vida política en la cárcel es muy diferente a lo que acostumbraba. Los códigos carcelarios son autoritarios, violentos y cosificadores. La ideología de la mercancía y la filosofía de la cuchilla es lo que domina aquí. El no ser absorbido o arrastrado por esta lógica es lo que termina siendo la praxis cotidiana mientras tratas de posicionarte como presx políticx.
Sobre esto pienso que es importante la claridad política al estar aquí ya que pueden generarse distorsiones al confundir comportamientos de la vida bandida y narcotráfico, con los gestos anárquicos solo por ir en vías ilegalistas. Así también creo importante no caer en la reproducción propagandística e idealización de conductas autoritarias y mercantiles propias del mundo del bandido y el narcotráfico. Tener un pensamiento crítico propio y mantener claridad en las ideas aporta en construir una propia identidad en prisión.
El tiempo que llevo en la cárcel me ha enseñado que es importante potenciar redes entre presx políticxs y vínculos con presxs que reconozcan la existencia de lógicas y códigos diferentes a los autoritarios que ellos reproducen, ya que la comunicación y solidaridad entre nosotrxs como presxs y las redes externas a estos muros son vitales para una lucha anti carcelaria que haga retroceder los tentáculos del poder que buscan dominar, silenciar y aislar nuestrxs cuerpxs secuestradxs como también la totalidad de estos territorios carcelarios.
Todas las acciones y gestos solidarios públicos o anónimos que rompen el silencio, anulan las distancias y sacan del olvido a lxs compañerxs presxs y fugadxs, constituyen un golpe de fuerza moral y una bocanada de oxígeno para quienes resistimos esta asfixiante sociedad carcelaria.
Envío desde este encierro un saludo fraterno y revolucionario a todxs lxs compañerxs que se encuentran en prisión, en especial a aquellxs que, en diferentes casos, dentro de lo próximo enfrentaran juicios. De igual forma al pueblo mapuche que combate permanentemente. A Luis Tranamil y sus compañeros perseguidos por el Estado que busca utilizarlos en sus típicos juegos justificando el aumento de violencia policial y jurídicas.
Para finalizar aprovecho de enviar un apretado abrazo lleno de convicciones a mis compañerxs que se mantienen en clandestinidad. Que la complicidad y la solidaridad no les sean esquivas en el camino y que con sus actos sigan burlando la autoridad. Decirles que mi mayor dolor es no estar con ustedes y que mi mayor alegría es su libertad. Acostado y mirando el techo de esta pequeña, fría y nunca acogedora celda les recuerdo estallando en risas cuando más les necesito.
¡Libertad a todxs lxs presxs políticos!
¡Solidaridad revolucionaria y permanente con lxs compañerxs en fuga!
¡Muerte al Estado y viva la Anarquía!
Felipe Ríos
Condenado a 12 años de prisión
CCP Bío-Bío, Concepción, Chile.
FUENTE: CORREO |