- ¿Qué pasa cuando las anárquicas pasiones, las rebeldes convicciones y los indómitos deseos de alguien se entrelazan con los tuyos?
Nace la solidaridad decimos algunas. - ¿Qué pasa cuando un anárquico es encerrado en la cárcel?
La solidaridad se expande y estalla en creativas e insaciables acciones de subversión ante lo establecido.
Pasan los días y poco sabemos del kompa “lechuga” solo algunas declaraciones de quienes estaban en el Lof de Resistencia en Cushamen, lo que las putrefactas entidades políticas y gubernamentales junto con sus amigos de la prensa tergiversan e inventan con su fetichismo del terror y su parafernalia mediática.
Muchas de nosotras no estuvimos ahí y no somos ni jueces ni poseedores de ninguna verdad (o mentira) para decir que pasó ni justificar ni victimizarnos por algo, pero desde el 1 de Agosto cuando Gendarmería Nacional Argentina entra a allanar el Lof de la comunidad Mapuche y entre balas de goma y de plomos, corridas y agresiones Santiago Maldonado “el Lechu”, un compañero solidario, anarquista, que se encontraba resistiendo y apoyando la lucha del pueblo Mapuche por la recuperación de sus tierras ante el avance de los estados argentino y chileno, y antes los grandes intereses del capitalismo, desparece.
Sí. Desaparece. Así como cuando deseamos que desaparezca toda autoridad o todo estado, desaparece nuestro compañero. Esto nos desborda.
Cuando los sentimientos de una fundidos con los de otra se entrelazan no importan las distancias o las cercanías, las diferencias o concordancias porque hay algo en todo eso que nos pone en un mismo andar rompiendo todo camino. Cuando esos factores se presentan no importan o, en su defecto, no son barreras ni límites para potenciar y expandir la solidaridad y las ansias de rebelarse por una vida plena y en libertad.
¿Qué pasa cuando esta mezcla de sentimientos se agrieta por la impertinente presencia de lo que nos machaca y nos normaliza día a día?
¿Qué pasa cuando un kompa ya no está en física presencia? ¿Qué pasa cuando muere? ¿Y cuándo un kompa desaparece?
Ármate y sé violento, hermosamente violento reflejan las palabras de alguien que ya no está.
Ahora decimos, también: ¡Que aparezca el Lechuga y que todo arda!