NOTA DE ANARQUÍA.INFO: Publicamos el comunicado del anarquista Igor Olinevich. La anarquía y sus bases del anarquismo se alejan en mucho de los aspectos que esta página piensa y tiene como objetivo, pero se apuesta a la solidaridad con aquellxs que aún estando en una vereda opuesta de lo que pensamos respecto a la anarquía no se arrodillan ante nuestros enemigos.
Los medios de comunicación nos han apodado el «Grupo Olynevich» -o incluso la «banda»-, pero esta etiqueta es falsa. Nos llamamos la Bandera Negra, en honor a la federación anarquista del mismo nombre que luchó por la libertad en esta Tierra en tiempos del zarismo. Cada miembro de nuestro colectivo es autónomo y capaz de luchar por sí mismo, lo que se ha demostrado con casos de riesgo, penas de prisión, vida en la clandestinidad, y tiempo… Cada uno de nosotros es un individuo, con su propia opinión y carácter. Tomamos decisiones de igual a igual, sin líderes y mucho menos cabecillas. Si somos una banda, nunca ha existido tal banda. Me siento honrado de ser juzgado en el círculo de tan dignos compañeros.
RB es un fragmento de un imperio totalitario, que por capricho de la historia ha existido durante otros 30 años. La historia nos enseña que cualquier fragmento de imperio que intente parecerse al anterior puede degenerar inevitablemente. Bielorrusia no fue una excepción y ahora asistimos a una completa quiebre estratégica, económica e ideológica del régimen. El poder ha descubierto su naturaleza depredadora primordial y se desliza cada vez más hacia la barbarie absoluta.
Veo los acontecimientos de agosto de 2020 como el comienzo de una revolución social que acabará cambiando no sólo la élite gobernante, sino todo el sistema sociopolítico.
Como mínimo, estamos hablando de la eliminación de la burocracia postsoviética del poder, lo que abrirá las posibilidades para una serie de alternativas sociales.
No podía perderme estos momentos históricos cruciales -los había estado esperando durante 20 años de mi vida-, así que decidí unirme al levantamiento. Todos los papeles son importantes en la revolución, pero cada persona debe contribuir según su propia fuerza, cualidades y habilidades. Elegí el camino de un rebelde de la Resistencia.
¿Qué quería? El principal problema de cualquier revolución, tal y como lo ven los anarquistas, es que los nuevos líderes toman la iniciativa. Como resultado, las consignas se emasculan y la lucha se limita a un cambio en la élite y a una pequeña limosna para el pueblo.
Bajo el autoritarismo bielorruso, fue la descentralización la que hizo posible la Revolución. Quería promover el curso ulterior de los acontecimientos de forma descentralizada, para que el régimen cayera bajo el embate de la unidad popular, y no mediante negociaciones y concesiones de trastienda. El objetivo de mi participación en la lucha clandestina no era, por tanto, intimidar a la gente, ni intentar influir en el gobierno, ni desestabilizar una sociedad ya desestabilizada. Por el contrario, quería animar a la gente a creer en su propia fuerza mediante acciones valientes. Quería liberar la personalidad revolucionaria, radicalizar la conciencia, para que la gente superara los patrones habituales de subordinación y los dogmas autoritarios. Quería que la gente no mirara a la boca de los líderes, sino que se esforzara por tomar la iniciativa en sus propias manos y se volviera más audaz, más ambiciosa en sus deseos políticos y se autoorganizara con otras personas.
Además, era importante desviar la atención de las fuerzas de seguridad y de castigo hacia los insurgentes de la Resistencia, dando así a la sociedad revolucionaria más oportunidades para consolidar las incipientes instituciones de autogobierno.
Quería que las iniciativas cívicas se agruparan en una Confederación de ámbito nacional y presentaran su propio programa de cambio político, dirigido a la democracia participativa directa y al autogobierno civil, sin jefes ni partidos intermediarios.
La rebelión vive en la esperanza. Mi esperanza, como anarquista, es que en esta guerra social la voluntad de libertad sea más fuerte que los grilletes de la esclavitud.
¡Viva la Revolución!
¡Viva la descentralización y la Confederación municipal!
¡Viva la democracia directa!
Y al final, ¡viva la anarquía!
FUENTE: C.N.A. BIELORRUSIA
TRADUCCIÓN: ANARQUÍA