El 13/10/21 el mecanismo estatal a través del ELAS (policía general griega) y más concretamente el servicio ΥΔΕΖΙ (delitos contra la propiedad) procedió al secuestro del compañero Harry Mantzouridis frente a su casa, donde vive con su pareja y su hijo. La táctica es bien conocida y muy utilizada a lo largo de los años, lo rodearon, aparentemente para llevarlo a la GADA (Dirección General de Policía de Ática) con el pretexto de la comparecencia porque tras una «llamada anónima» (sic) una semana antes, era sospechoso de robo y fue encontrado sumariamente esposado, golpeado ante los ojos del sorprendido vecindario y rodeado por los guardias de seguridad.
Conocemos el carácter de los policías y si hay una razón para analizar y enumerar sus atrocidades, es simplemente para no olvidar a quiénes nos enfrentamos y lo que son capaces de hacer. Para los órganos del Estado es sólo un miércoles en el que utilizan una violencia desproporcionada para pisotear a un hombre delante de su hijo pequeño, es sólo un miércoles en el que esposan a un hombre que no está acusado de nada y según ellos está imputado, es sólo un miércoles en el que difaman a un hombre y difunden que abusó de una niña, es sólo un miércoles.
Los acontecimientos a partir de ese momento serán rápidos, demostrando la acusación preestablecida del compañero y el método inédito de la policía para fabricar culpables. Está claro que en los últimos tiempos la ΕΛΑΣ (policía general griega) ha estado buscando el golpe final para aquellos que se resisten obstinadamente a la omnipresente insensibilidad social que prevalece. Los casos son numerosos, los casos en los que el estado atacó a la parte radical de la sociedad en los años de la pandemia son innumerables. Ahora asistimos a una mejora sustancial en el sentido de que se está pasando de una represión brutal a nivel de reivindicaciones callejeras y de masas a una represión criminal destinada a la eliminación física del mayor número posible de militantes. El arma constante e «infalible» de la represión estatal es el ADN desde hace varios años. Últimamente, los casos de procesamientos con la única prueba del ADN han ido en aumento, aquí hay que explicar qué significa esta prueba y cómo es creada por las autoridades policiales y sus laboratorios. Casi todos los juicios en los que interviene el ADN se llevan a cabo con mezclas de material biológico encontradas en objetos móviles. El ADN en sí mismo no es una prueba (ni siquiera en la pionera América, que practicó el análisis de mezclas de ADN durante décadas hasta que finalmente lo rechazó por inseguro) y la razón por la que no es ni podría ser una prueba es que incluso si se identifica plenamente con un individuo la facilidad de su transferencia ha demostrado ser científicamente espantosa.
Lo que demuestra claramente que la existencia de ADN en un punto no implica la existencia de ese individuo en el punto correspondiente. Pero más allá de eso, en los casos de procesos de agitadores (y más allá) las pruebas son en su mayoría mezclas de ADN de dos o más personas, lo que prácticamente significa innumerables combinaciones posibles de las que se pueden derivar fácilmente los tipos de ADN correspondientes. Lo mismo ocurre en el caso del compañero Harry, acusado de un robo que tuvo lugar en 2018 en la zona de Zografou en Atenas ,siendo la única prueba una mezcla de ADN encontrada en un almacén cercano al lugar del robo. Por supuesto, como el servicio policial sabe lo volátil y precario que es el ADN como única prueba, no dejó de crear el clima de terror necesario para conseguir la prisión preventiva del compañero. Así, además de los grandes medios de comunicación, que reprodujeron el escenario policial de un peligroso terrorista anarquista, se encargaron de incluir en el expediente otra mezcla de ADN, en otro objeto móvil (guante) encontrado a dos manzanas de un incendio provocado en un concesionario de coches en 2009. Lo inédito en este caso no es tanto que se haya sacado del expediente 12 años después, sino la mención descarada que se hace de ella en el expediente, en el sentido de que sin ser una prueba para una acusación más (la de incendio) se incluye puramente para ayudar a crear un clima. Así pues, a pesar de que no se encontró prueba incriminatoria alguna en el domicilio del compañero, a pesar de que trabajaba todos los días y de que atendía a las necesidades económicas de su familia, a pesar de que era padre de un niño pequeño y de que no tenía antecedentes penales, se le impuso la prisión preventiva.
Como consecuencia de este estado, la salud mental del compañero se vio sacudida cuando, de repente, cuando acababa de regresar del trabajo, se encontró con que lo trasladaban a Korydallos. El primer episodio se produjo al entrar en la sala de espera de la prisión, donde, durante un ataque de pánico, resultó gravemente herido en la cabeza. Fue trasladado inmediatamente al hospital de Ática, donde recibió el tratamiento médico adecuado. En Attica, su salud mental se deterioró y se consideró necesario trasladarlo para proteger su integridad física. Desde allí fue finalmente trasladado al hospital psiquiátrico de Dafni, donde ha estado hospitalizado hasta la fecha. En Dafni (Hospital Psiquiátrico de Atenas) y tras la medicación muestra signos de mejoría, por lo que se decidió su traslado a la prisión de Korydallos. Este fue un nuevo factor de estrés que llevó al compañero a otra intensa crisis que volvió a poner en peligro su vida e integridad. El objetivo de informar de todo esto no es detallar el estado de salud mental del compañero, sino demostrar un crimen de estado continuo que tiene lugar en el cuerpo y la mente de Harry. La presión asfixiante creada por la policía y su detención preventiva no comprobada fue el detonante de un estallido que se intensificó y sigue sacudiendo la salud mental del compañero.
Para nosotros, los problemas de salud mental no son un tabú ni un estigma como impone desafiantemente la sociedad construida capitalistamente. Sabemos que todos y cada uno de nosotros experimentamos una constante guerra de desgaste por el mero hecho de vivir en un sistema voraz. Más aún cuando se está en el punto de mira del poder y se sufre directamente la violencia y la opresión. Por lo tanto, sabemos que la responsabilidad recae en primer lugar en el propio aparato del Estado, es decir, en el sistema capitalista en general, y luego en sus órganos, la policía, los jueces y otros guardianes del poder.
Exigimos su inmediata salida de la cárcel para que no siga sufriendo esta constante tortura. Cada día que el compañero está bajo guardia en Dafni (Hospital Psiquiátrico de Atenas…) es un día más de crueldad.
Compañeros y amigos de Harris
FUENTE: ACT FOR FREEDOM NOW!
TRADUCCIÓN: ANARQUÍA