FUENTE: PERIÓDICO GATO NEGRO
Podemos afirmar que el sistema capitalista no está creado para proteger y resguardar a la población sino para utilizarnos y desecharnos según su conveniencia. Eso lo vemos reflejado en lo que está pasando con esta nueva crisis sanitaria. ¿De qué le sirve al “primer mundo” la tecnología, la moderna medicina y farmacología que tanto pregonan, si las políticas públicas de salud no pueden realizar algo tan básico y fundamental como es la prevención de la salud? ¿Será que no les importa? ¿Será porque lo intocable es el eterno dios moderno: el indefinido crecimiento y progreso económico, la rueda de la productividad imparable?
Estamos ahora en momentos de reflexión y cuidados. ¿Cómo nos cuidan los Estados? ¿Realmente los necesitamos? ¿Son ellos los que necesitan de nuestra espalda para que el mundo no se caiga? ¿Dónde y cómo pariremos resistencias ante esto que nos está pasando? ¿A qué insurgencias estamos dispuestxs?
Que esta crisis sanitaria nos sirva para valorar nuestra salud por sobre todas las cosas y para comprender que no es más que nuestra fuerza de trabajo, sumada a la delegación al poder político, lo que sostiene a este sistema.