Dentro del predio donde se encuentra la facultad de agronomía, existe un criadero experimental que tiene cabras, cerdos y conejos. Estos son utilizados para la venta, utilizando los sistemas reproductivos de los animales como negocio, manipulando a determinados machos y hembras por años como maquinas de reproducción. Las crías son vendidas tanto vivxs como faenadxs, a su vez este espacio funciona como lugar experimental para estudiantes de esa universidad, donde practican para poder en un futuro, explotar de la manera mas rentable y comoda a los animales. Experimentan medicamentos, engordes, e incluso hacen “fistulas” dentro de las cabras, que consiste en agujeros permanentes en sus estomagos donde los carceleros pueden introducir sus manos dentro de los estomagos de los animales.
Estxs animales padecen el encierro total, a la merced de seres repugnantes que hacen un uso de ellxs como un objeto de usar, tirar (o comer) y remplazar.
Por ello decidimos irrumpir en la tristeza, en la agonía de aquel encierro, llevándonos de esa cárcel 27 conejos, dejando fuera de sus jaulas los que no nos pudimos llevar, desclasificando así todas sus identificaciones. No sin antes destruir todo lo que encontrábamos a nuestro paso, principalmente todos los datos de esos animales, arruinándoles el trabajo de años.
En sus primeras horas de libertad, cuando por primera vez recibieron la luz del sol directamente, podíamos ver lxs conejxs saltando de alegría, pudiendo disfrutar de su autonomía, ya lejos de ser mercancía.
Esos animales estarán ahora en libertad, en un lugar adecuado para ellxs, lejos de asesinxs humanxs.
Hasta que la ultima jaula este vacía!
Hasta que cuelguen lxs explotadorxs de animales de sus propias tripas!
Liberacion animal!