El miedo desde tiempo antiguos fue la mejor arma para manipularnos. Hoy en día ha sido puesto aprueba y ha vuelto a demostrar su eficacia en esta sociedad carcelaria totalmente adormecida y sumisa. Acentuando la insdustrialización tecnológica que poco a poco ha ido avanzando y ejerciendo un dominio silencioso que se ha normalizado hasta en los entornos más rebeldes.
Llegando al punto de, por un lado, resignarse ante los medios de control social como únicas alternativas de comunicación y esparcimiento de ideas y propaganda. como si frente a esta «nueva realidad pandémica» no hubieran otras formas, como si nunca hubiera habido otras formas… Y por sobretodo al estancamiento de no afilar nuestras garras contra el poder, al no cuestionar e indagar en formas de evación, propias de este contexto, tanto en la calle como en la virtualidad. Para así dejar de brindar nuestros datos, nuestros rostros, nuestros proyectos y nuestras vidas de forma voluntaria y obediente.
Es también el miedo el que hoy lleva a ser jueces y policías señalando a quienes no acatan las órdenes establecidas, a quienes no vamos a aceptar el encierro voluntario que nos han impuesto, a aplaudir el asqueroso accionar represivo de las fuerzas del orden, lxs cuales nunca serán «lxs buenxs» y siempre estarán para vigilar, castigar, perseguir, violar, desaparecer y asesinar a quienes sean una molestia ante esta y cualquier forma de sociedad dominante sea esta de izquierda o derecha, ya lo han demostraron aquí con las desapariciones y asesinatos desde Lucinao Arruga, la China Cuellar asesinada dentro de la Carcel. También con Santiago Maldonado y Rafael Nahuel solo por nombrar unxs pocxs, muy pocxs, y ahora con Facundo Castro.
Sociedades que necesitan del control, que necesitan de la explotación de todo lo que le rodea y que en estos tiempos de encierro no han cesado ni por un segundo. Destrozando miles de bosques, contaminando mares, ríos y lagunas, perforando cerros antiguos, asesinando y avanzando con su lógica extractivista, contaminando todo a su paso. Y brindándo «bosques», «lagunas» y «parques» como espacios mercantilizados y artificiales, controlados por ellxs, vigiladxs por ellxs, como los unicos lugares donde podemos encontrarnos.
Mientras ellxs siguen enjaulando, domesticando y asesinando animales, vegetales, minerales y toda la vida salvaje. Sea del color que sea el sistema tecnoindustrial siempre será el mismo. Y ejercerá su dominación. Que el miedo no nos paralice.
La única Pandemia real es el encierro!!!
Cuidemosnos entre nosotrxs y sigamos buskando grietas para asi desembokar nuestra rabia de maneras estratégicas contra el estado y toda forma de dominación.
FUEGO AL ESTADO!!! FUEGO A LAS CARCELES!!! FUERZA A QUIENES SE REVELAN!!!!