El pasado 30 de junio la compañera detenida el 13-A en Barcelona llegaba finalmente a la celda de la prisión de Köln (Nordrhein-Westfalen) donde se espera que cumpla el periodo de prisión preventiva previo al juicio. Según nos ha informado su abogada en Alemania, ella se encuentra tranquila y con la moral alta.
La llegada de la compañera a territorio germánico supone el fin de un proceso que ha durado un mes, desde que a finales de abril la Audiencia Nacional ordenara su extradición definitiva, proceso durante el cual ha estado en todo momento acompañada por la actividad en las calles de solidarias que le han apoyado de múltiples formas. La semana posterior a la noticia de la decisión judicial, una manifestación recorrió las calles de Gràcia (Barcelona) en rechazo al encarcelamiento y la extradición. Unas semanas después, durante el mismo mes, una ruidosa concentración a las puertas del centro penitenciario español de Soto de Real hizo posible, mediante pirotecnia y megafonía, que la voz de la calle traspasara los muros de la prisión y dibujara una sonrisa a la cara de nuestra compañera. Finalmente, el día que nos enteramos de que la extradición se había iniciado, una manifestación solidaria salió a las calles de la ciudad de Manresa para mostrar su solidaridad. Paralelamente, durante todo el mes ha ido aumentando la presencia de carteles, pancartas y pintadas en los barrios exigiendo la libertad de la encarcelada, y varios intereses alemanes fueron atacados en respuesta a esta operación represiva, en concreto una oficina del Deutsche Bank en Sant Andreu, y una escuela de negocios vinculada al Estado alemán en el barrio del Clot.
Ahora empieza una nueva etapa en el secuestro de la anarquista detenida el 13A. En la prisión de JVA Köln continúa encontrándose en situación de aislamiento, estando sola en la celda y saliendo una hora al patio (el mínimo fijado por la legalidad). Sus comunicaciones están fuertemente restringidas, sin poder telefonear a sus personas cercanas, con la correspondencia postal intervenida, y con un número de visitas autorizadas menor, condiciones que se espera que se mantengan hasta la celebración del juicio, durante el cual se la juzgará por la expropiación de una oficina del Pax Bank (entidad vinculada al Vaticano) ocurrida el otoño del 2014 en la ciudad de Aachen.
Desde aquí queremos dejar claro que el hecho de que la compañera haya sido llevada fuera del Estado español no hará que nuestro apoyo decrezca, sino todo lo contrario. Cuánta más distancia intenten imponer entre ella y el movimiento de lucha del que forma parte, más se darán cuenta que no hay ni muros ni kilómetros que puedan romper nuestro vínculo y nuestro compromiso político común.
Llamamos una vez más a la solidaridad internacionalista y revolucionaria, a no dejar sola en manos del Estado a quién es perseguida bajo la acusación de haberse rebelado contra un orden que nos oprime a todas.
Nada acaba, todo continúa!
A calle las luchadoras presas!
Fuente: Solidaritat Rebel