El 1 de Agosto del 2017 desaparece Santiago Maldonado. Lo último que se supo de él, es que estaba apoyando al Pu Lof mapuche de Cushamen (que se encuentra resistiendo a los embates del Estado argentino y la ocupación por parte del conocido Grupo Benetton)cuando llegó a reprimir violentamente Gendarmería Nacional, bajo el mando directo de la ministra de Seguridad de la Nación del gobierno de Macri, Patricia Bullrich.
Tras estos hechos los gestos de denuncia y solidaridad no han tardado en aflorar. La desaparición de Santiago no puede pasar desapercibida, es necesario sacar a la luz tanto el caso, como a los responsables y continuar la lucha por la recuperación de los territorios usurpados por el Estado y el capital.
Sin duda alguna el ataque de las fuerzas represivas continuaran ejerciéndose, seguirán encarcelando, desapareciendo y asesinando a compañerxs en las diferentes trincheras que hoy manifiestan el descontento y la lucha contra los Estados. Para esto tenemos que tomar medidas, tenemos que proyectar la lucha que llevamos en nuestros
territorios, tenemos que prepararnos, estar alistadxs, porque seguirán viniendo golpes. Tenemos que aprender a darlos de vuelta. Nada se puede esperar de la justicia.
Las necesarias marchas, los urgentes mítines, la imprescindible propagada no son la única herramienta para que sientan nuestra rabia ni para concretizar nuestras ideas ni acabar con el Estado y su sistema de miserias. Porque la desaparición de Santiago tiene responsables con nombres y apellidos. Tienen sus sucursales por todos lados. Hay que saber golpear.