“Lejos de lxs especialistas de la solidaridad que la convierten en una farsa jocosa del humanismo y victimización mutilando todas nuestras características combativas, la solidaridad anarquista no se ajusta ni a normas ni a recetas infalibles.
Lo esencial de la solidaridad es la continuación y agudización de la ofensiva anarquista con todos los medios, desde un sacrílego y agresivo póster hasta una acción con bombas o disparos contra los órganos de lo existente.
La solidaridad transmite el mensaje sólido de que todo sigue y, como ya han dicho otrxs compas antes que nosotrxs”:
“la solidaridad entre anarquistas no es solo palabras…”.
Las noticias sobre la revuelta en el territorio dominado por el Estado de Chile han recorrido este mundo globalizado, no solo desde el pasado viernes 18 de octubre y la salida de los militares a las calles con el respectivo toque de queda, sino también desde la constante puesta en práctica que lxs compañerxs anárquicxs han sabido mantener a lo largo de los años, manteniéndose firmes contra largas condenas y hasta la muerte de compañerxs en acciones de ofensiva.
Hoy la democracia muestra su cara sin máscaras, esa cara que cotidianamente tienen que sufrir lxs presxs y las poblaciones, la cara de la tortura, de las violaciones y la muerte a la vuelta de la esquina, hoy el Estado se extiende y lanza las ordenes a sus esbirros, policía y militares tienen que cumplir las funciones para las que fueron programados, ahora sin tapujos, y la revuelta responde con dignidad, piedras, artefactos incendiarios, saqueos y noticias incipientes de ataques armados contra comisarias.
Desde fuera de dicho territorio sentimos los aires de rebeldía y estos nos llaman nuevamente a la acción solidaria, con las armas que sabemos forjar, con la ofensiva en todas las formas imaginativas y con la convicción de que la guerra social trasciende cualquier frontera, física o mental.
¡A ROMPER EL CERCO MEDIATICO!
A EXTENDER LA INTERNACIONAL NEGRA CONTRA TODA FORMA DE AUTORIDAD.